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Guerra Rusia- Ucrania

Catedral de Odesa fragilizada por bombardeo ruso

Catedral en Odesa dañada por bombardeo ruso; temor de colapso. Patrimonio histórico y religioso en peligro.
Catedral de Odesa fragilizada por bombardeo ruso (AFP)
25-07-2023

Una sombría preocupación embarga a un grupo de funcionarios ucranianos que se congrega frente a la catedral de la Transfiguración en Odesa, una majestuosa edificación blanca, parcialmente devastada por un misil ruso durante un bombardeo en esta gran ciudad portuaria. Las grietas que surgen en el muro trasero de la catedral han dejado en alerta a las autoridades locales, ya que temen que la estructura pueda derrumbarse completamente debido a la inestabilidad ocasionada por el impacto del proyectil.

Odesa, un puerto en las costas del mar Negro y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, había sido en parte resguardado de los conflictos tras la invasión rusa iniciada en febrero de 2022. Sin embargo, después de que Rusia rompiera un acuerdo de exportación de cereales con Ucrania, la ciudad sufrió bombardeos que afectaron no solo infraestructuras portuarias, sino también edificaciones históricas.

La catedral de la Transfiguración, erigida hace más de dos siglos, había sido reconstruida gracias a donaciones después de su destrucción por los soviéticos en 1936. El alcalde, Gennady Troukhanov, busca la aprobación del metropolitano Agafanguel, un líder religioso ortodoxo, para proceder con una demolición parcial de la estructura dañada por el misil, con el objetivo de evitar un colapso catastrófico que ponga en riesgo la vida de las personas.

Mientras la tragedia se cierne sobre la catedral y sus devotos, la comunidad local sufre por la pérdida de este lugar sagrado. En una liturgia al aire libre, los fieles lloran al escuchar cánticos y salmos. Los murales y obras de arte religiosas, recientemente restaurados con esmero, quedan destrozados, dejando a la vista la fría estructura de hormigón y metal.

El ataque a la catedral también ha afectado otros edificios históricos, como la Casa Histórica de los Científicos y diversos inmuebles cercanos al puerto. Los habitantes locales lamentan la impotencia frente a la destrucción y se sienten abandonados ante las consecuencias del conflicto. Muchos responsabilizan directamente a los misiles rusos por los daños y pérdidas sufridas.

La comunidad internacional también se pronuncia, con el Kremlin negando haber atacado directamente la catedral y adjudicando la destrucción a misiles antiaéreos ucranianos. Esta guerra de declaraciones solo agrega confusión y dolor a la ya trágica situación.

En medio de la devastación, Odesa mantiene la esperanza de recuperarse y reconstruir su patrimonio cultural y religioso, aunque la incertidumbre persiste en el horizonte. La ciudad, una vez considerada a salvo de los embates de la guerra, se enfrenta ahora a la cruda realidad de la destrucción y la pérdida de su rica herencia histórica y espiritual.