30/03/2023 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 30/03/2023
Una carta pública firmada por Elon Musk y otros expertos para pedir una pausa en el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) ha generado un debate entre académicos y expertos. Musk, fundador de Tesla y patrón de Twitter, ha mostrado su preocupación por los avances vertiginosos de la IA, que podría causar una "dramática perturbación económica y política (especialmente para la democracia)".
Sin embargo, algunos académicos consideran que esta carta malinterpreta la discusión. Una investigadora especializada en ética de la inteligencia artificial, Timnit Gebru, ha explicado que la carta dice lo contrario de lo que ella y su colega Emily Bender defienden en su artículo. Gebru y Bender creen que el peligro de la IA radica en la concentración de poder en manos de personas, la reproducción de sistemas de opresión y el daño al ecosistema informativo.
El director de Open AI, que diseñó ChatGPT, Sam Altman, ha admitido que teme que su algoritmo se utilice para desinformación a gran escala o ciberataques. Algunos académicos, como Gary Marcus, que también firmó la carta, consideran que "los escépticos tienen que emitir una alarma; no hay ninguna contradicción al respecto".
Aunque empresas como Google, Meta y Microsoft llevan años investigando en programas basados en IA, son los algoritmos de empresas como OpenAI los que han generado polémica. Su robot conversacional ChatGPT acaba de ser actualizado con una nueva versión, GPT-4, aún más potente.
Los firmantes de la carta abierta se preguntan si debemos permitir que las máquinas inunden nuestros canales de información con propaganda y mentiras, si debemos automatizar todos los trabajos, incluidos los gratificantes, y si debemos arriesgarnos a perder el control de nuestra civilización. Consideran que estas decisiones no deben delegarse en líderes tecnológicos no electos.
En resumen, la carta pública de Elon Musk y otros expertos para pedir una pausa en el desarrollo de la IA ha generado un debate entre académicos y expertos, algunos de los cuales creen que la carta malinterpreta la discusión. El peligro de la IA radica en la concentración de poder en manos de personas, la reproducción de sistemas de opresión y el daño al ecosistema informativo. Aunque empresas como Google, Meta y Microsoft llevan años investigando en programas basados en IA, son los algoritmos de empresas como OpenAI los que han generado polémica. Los firmantes de la carta abierta se preguntan si debemos permitir que las máquinas inunden nuestros canales de información con propaganda y mentiras, si debemos automatizar todos los trabajos y si debemos arriesgarnos a perder el control de nuestra civilización.