Brasil: Funcionario habría pedido coima de un dólar por la compra de cada una de 400 millones de dosis
El director de logística del Ministerio de Salud de Brasil, Roberto Ferreira Dias, fue cesado de su cargo al ser denunciado por pedir un soborno de un dólar por la compra de cada una de las 400 millones de dosis de AstraZeneca.
El diario Folha de San Pablo aseguró que habría pedido sobornos a un representante de la empresa Davati Medical Supply a cambio de aprobar la compra de las dosis de AstraZeneca.
Dias también fue acusado de presionar a los funcionarios del Ministerio de Salud para acelerar la importación de la vacuna india Covaxin, elaborada por la empresa Bharat Biotech, pese a los indicios de posibles irregularidades en el contrato, que prevé la adquisición de 20 millones de dosis a un precio total de 320 millones de dólares.
El ministro de Salud, Marcelo Queiroga, anunció que el contrato firmado para la compra de la vacuna Covaxin quedará “en suspenso” hasta que se esclarezcan unas denuncias de irregularidades en esas negociaciones.
También se dará tiempo a que la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) se pronuncie en relación a la efectividad de la Covaxin, algo que ese organismo aún no ha hecho y que es determinante para permitir la importación.
“No es oportuno importar esas vacunas en este momento”, declaró en una rueda de prensa el ministro Queiroga.
La decisión, firmada por el ministro de la Presidencia, Luiz Eduardo Ramos, fue publicada en el Diario Oficial, aunque no se comunicaron los motivos para el despido.
También puedes leer: Más de 6.500 migrantes abandonan Perú y regresan a Venezuela
Las denuncias de irregularidades y corruptelas en la compra de vacunas contra el COVID-19, que salieron a la luz durante las declaraciones en una comisión en el Senado que investiga posibles omisiones del Gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, frente a la pandemia.
◼ Tienen más de 500 mil muertos
Brasil es uno de los países más azotados por la pandemia del COVID-19 y acumula hasta ahora más de 515.000 muertos y 18,5 millones de infectados. La oposición acusa al presidente Bolsonaro de genocidio del pueblo brasileño, por no atender la emergencia de la pandemia desde un inicio, con la gravedad que representaba.