11/11/2021 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 09/01/2023
Las principales ciudades bolivianas están convulsionadas por la represión desatada por el Gobierno de Luis Arce, que ordenó el envío de más policías a las calles y que habrían actuado con violencia contra las movilizaciones y protestas iniciadas el pasado lunes.
Los enfrentamientos ya dejaron un muerto y decenas de detenidos, mientras que la Policía y grupos afines al oficialismo boliviano intervinieron con violencia contra los bloqueos callejeros instalados en las regiones de Cochabamba, Tarija y Potosí.
El Gobierno despachó más de 200 policías adicionales a Santa Cruz, uno de los departamentos paralizados por el bloqueo de las carreteras.
Transportistas, comerciantes informales y colectivos ciudadanos iniciaron una huelga el lunes contra la ley de Estrategia Nacional de Lucha contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y el Financiamiento al Terrorismo, también conocida como “ley madre”.
El Dato: Los activistas que salen en apoyo de la policía son simpatizantes del Movimiento al Socialismo (MAS) que lidera Evo Morales. Actúan con violencia contra los campesinos y manifestantes que han levantado bloqueos en las carreteras en apoyo de la huelga nacional.
La ley “es un atentado al sacrificio y esfuerzo de muchos años” de los transportistas, dijo el dirigente Juan Carlos Torrejo Velásquez, cuyos reclamos tienen el respaldo activo de los comerciantes informales.
En Cochabamba, los transportistas se movilizaron con sus vehículos en una marcha que fue intervenida por agentes antidisturbios que les cerraron el paso y buscaban dispersarlos con el uso de gas pimienta y la fuerza, incluso contra mujeres que se arrodillaron ante los agentes.
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“Nos sentimos afectados absolutamente todos, me apena mucho que nuestros hermanos policías tengan que recibir este tipo de órdenes para reprimirnos y no continuar con esta marcha pacífica”, dijo el dirigente de la Cámara Departamental de Transporte de Cochabamba, Edwin Velásquez.
Antes de la intervención policial, el dirigente intentó sin éxito hablar con el agente encargado del grupo policial para que les permitieran continuar su marcha que, aseguró, era pacífica.
