Así fue terremoto y tsunami que destruyeron Japón en el 2011: Sismo de 9.1 grados, olas de 9 metros y más
El 11 de marzo del 2011 a Japón vivió el terremoto más devastador de toda su historia. El sismo de 9.1 grados ocurrido en la región de Tōhoku, fue tan catastrófico que dejó más de 20 mil muertos y produjo un terrible tsunami que arrasó con gran parte del país dejando millones de damnificados, pérdidas económicas incalculables y una crisis por radiación.
El desastre dejó una huella dolorosa para todos los nipones, ya que millones se quedaron a la intemperie, mientras otros perdieron a sus familiares durante el tsunami. Las pérdidas económicas alcanzaron los 235 mil millones de dólares, convirtiéndolo en uno de los desastres naturales más costosos de la historia.
Daño a centrales nucleares
Uno de los aspectos más impactantes fue el daño a las centrales nucleares de Fukushima. La planta experimentó fallos en sus sistemas de refrigeración, desencadenando preocupaciones globales sobre la seguridad nuclear. Se liberaron radiaciones, forzando evacuaciones y generando debates sobre la energía atómica.
Las imágenes de la devastación eran desgarradoras, ya que se difundieron videos de ciudades enteras reducidas a escombros, barcos que terminaron en medio de calles y miles de personas buscando refugio en albergues improvisados.
La solidaridad nacional e internacional se volcó hacia Japón, pues diversos países enviaron ayuda humanitaria, como comida, ropa y demás hacia Japón; además, algunas naciones enviaron equipos de rescate.
Las consecuencias ambientales y para la salud llegarían años más tarde, cuando en octubre de 2015 el Ministerio de Salud de Japón dijo que un trabajador de Fukushima fue diagnosticado con leucemia, lo que sería el primer diagnóstico de cáncer vinculado a la limpieza de la planta nuclear.
¿Qué medidas tomó el gobierno?
Las secuelas del desastre persisten hasta hoy. Las comunidades costeras luchan por reconstruirse, enfrentando desafíos emocionales y económicos. La reconstrucción de infraestructuras y la prevención de futuros desastres se convirtieron en prioridades nacionales.
El gobierno japonés implementó medidas más estrictas de seguridad en las centrales nucleares y revisó protocolos de emergencia. Además, se intensificaron los esfuerzos para desarrollar sistemas de alerta temprana más efectivos, mejorando la preparación del país ante futuros desastres.
La tragedia de 2011 dejó una profunda marca en la memoria colectiva de Japón, ya que nadie esperaba que un terremoto de magnitud 9.1 golpee el país, produciendo un devastador tsunami. Pese a esto, el país supo reponerse rápidamente y ahora se encuentran mucho más preparados para los eventuales desastres naturales que ocurran.