Ascienden a 21 mil los muertos por terremoto en Turquía y Siria
Los equipos de rescate rebuscaban el viernes entre los escombros casi 100 horas después del masivo terremoto que golpeó Siria y Turquía, uno de los más mortíferos de la región con más de 21.000 víctimas.
Por ahora, el balance provisional se sitúa en 21.051 personas, 17.674 en Turquía y 3.377 en Siria, pero los expertos consideran que el saldo subirá todavía significativamente.
Los primeros envíos de ayuda humanitaria de la ONU llegaron el viernes a Siria, pero las posibilidades de encontrar personas con vida se apagan una vez expirado el periodo de tres días que los expertos consideran crucial.
El tiempo transcurrido, sumado a las gélidas temperaturas que se abaten sobre la región, convierten los rescates en algo cercano al milagro, como el de la joven turca Melda Adtas, encontrada viva 80 horas después del temblor.
La chica de 16 años quedó atrapada en una especie de pozo profundo bajo un edificio derrumbado en la ciudad de Antakya. Gracias al aviso de los vecinos que escucharon su débil voz, pudo ser hallada y salvada.
"¡Que Dios os bendiga! ¡Que Dios os bendiga a todos!", exclamó llorando de alegría su padre mientras los equipos de rescate sacaban a su hija de entre las ruinas. El terremoto es el más importante en Turquía desde 1939, cuando 33.000 murieron en la provincia oriental de Erzincan.
Autoridades en la zona
El jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, y el responsable humanitario de la ONU, Martin Griffiths, anunciaron que visitarán la zona.
La presidenta del Comité Internacional de Cruz Roja, Mirjana Spoljaric, se encuentra ya en Alepo, en Siria. "Las comunidades que sufrieron años de fieros combates ahora se encuentra mutiladas por el terremoto", tuiteó.
La guerra destruyó hospitales y problemas en el suministro de electricidad y agua en Siria, pero la ONU solo puede enviar ayuda a las zonas rebeldes del noroeste a través del cruce de Bab al Hawa en la frontera con Turquía.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió al Consejo de Seguridad que autorice la apertura de nuevos pasos de ayuda humanitaria entre ambos países. "Este es el momento de la unidad, no es momento de politizar o dividir. Es obvio que necesitamos un apoyo masivo", afirmó.