12/06/2023 / Exitosa Noticias / Familia / Actualizado al 13/06/2023
Las mascotas logran ocupar un lugar importante en la vida de las personas que cuando fallecen dejan un hondo vacío en quienes fueron "más que sus dueños". ¿Será posible que el dolor que se pueda sentir por la pérdida de una mascota se compare con el de una persona?
Responde un investigador
El psicólogo Walter Pequeño Salas en entrevista con Agencia Andina trató de dilucidar este tema tan controversial, puesto que muchas personas dicen que no es lo mismo vivir la muerte de una mascota como la de un ser humano.
"Sí, porque los seres humanos generan vínculos de convivencia", contestó.
Su respuesta se argumenta en 'el tiempo' que una persona pasa al lado de sus mascotas y el 'vínculo' que establezca con ella.
"Cuando una persona tiene una mascota, generalmente pasa mucho más tiempo con ella que con su familia o amigos. La cuida, comparte lo bueno y malo de su vida. Va generando un vínculo que, mientras más intenso sea, mayor será el duelo que experimente su partida", sostuvo.
¿Cómo son estos vínculos con la mascota?
El experto en duelo y terapia, Pequeño Salas, hizo hincapié en el sentimiento de tristeza que conlleva la pérdida de nuestros amigos de cuatro patas.
Si el dueño no es capaz de reconocer el grado de tristeza que esto le genera, la depresión podría presentarse en el criador que acaba de perder a su animal favorito.
Ahora, ¿por qué el vínculo puede ser tan fuerte?
El ser humano es un 'mar de emociones' y las mascotas a diferencia de otras personas son aquellos que pueden percibir esos cambios de humor y comportamiento en sus criadores.
La validación y entendimiento que brindan los pequeños seres de la casa no se compara con el que le puede otorgar otra persona, puesto que el grado de relación es mucho más horizontal y cercano.
Una mascota generalmente no espera su turno para darte la patita o darte un ladrido o maullido, simplemente le nace. Esa simplicidad y apertura que tiene este pequeño ser de la casa es lo que genera un fuerte vínculo con el humano.
"Uno puede hablarles y te van a escuchar. Entienden tu tono de voz y están atentos, algo que muchas veces no encontramos en las personas cuando uno quiere conversar porque la amiga o amigo solo está esperando su turno para hablar", acotó el especialista.
Por lo tanto, los pequeños peludos de la casa ya sea un perro o un gato pueden lograr ocupar el lugar de un hijo, un hermano o hasta incluso el amor de su vida. Por algo, algunas personas se resisten a tener hijos, siendo solteros o casados, por darse un tiempo criando a sus amigos de cuatro patas.
"El vínculo que se construye con la mascota es único", concluyó Pequeño Salas.
Es así como el dolor por la pérdida de una mascota puede equipararse a la de una persona, puesto que el tiempo y el vínculo que tenga con sus dueños lo hacen igual de importante.