Suboficial de la Marina sufrió brutal golpiza en base naval de Iquitos: Sus padres exigen justicia
Un caso de violencia al interior de la Marina de Guerra ha generado indignación tras la brutal agresión sufrida por el suboficial Foster Kevin Amasifuén Panduro, de 27 años, quien se encontraba de servicio en la base naval ubicada en la ciudad de Iquitos, en la región Loreto.
La golpiza, que dejó al joven suboficial gravemente herido, ocurrió luego de que Amasifuén se negara a aportar dinero para la compra de alcohol y cigarrillos, según informaron sus familiares.
El incidente ocurrió en el Centro de Esparcimiento para Técnicos y Oficiales de la Marina, donde dos de sus compañeros de mayor rango, identificados como José Cordero Panduro, de 45 años, y otro agresor aún no identificado, lo atacaron de manera salvaje. La víctima sufrió múltiples lesiones, incluidos hematomas en su rostro y fracturas en la nariz y cabeza.
¿Qué motivó la agresión?
De acuerdo con los testimonios de los familiares, la brutal golpiza fue motivada por la negativa de Amasifuén a colaborar económicamente con sus superiores en la compra de bebidas alcohólicas y cigarrillos.
Aunque las autoridades aún no han confirmado esta versión de los hechos, los allegados del suboficial aseguran que el ataque fue desproporcionado y su vida estuvo en peligro.
Tras la agresión, Amasifuén fue trasladado al Hospital Naval de Iquitos, donde permaneció internado durante tres días. Debido a su grave estado de salud, fue enviado en un vuelo comercial hacia Lima, donde se encuentra recibiendo atención médica especializada. Su estado es delicado, y las secuelas físicas podrían ser significativas.
¿Qué medidas tomará la Marina?
La Marina de Guerra del Perú, a través de un comunicado oficial, confirmó el inicio de una investigación interna para determinar las responsabilidades por la agresión.
En su declaración, la institución precisó que el hecho ocurrió entre dos miembros de la misma base naval y que uno de los involucrados ya había sido identificado y denunciado.
Las autoridades señalaron que se han tomado las acciones necesarias, incluyendo la entrega de la información correspondiente a la Fiscalía y al Tribunal Militar Policial de Iquitos, y la apertura de un proceso disciplinario conforme a la Ley del Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas.
En el comunicado, la Marina de Guerra rechazó categóricamente cualquier acto de violencia que atente contra la dignidad e integridad física de su personal, subrayando su compromiso con la justicia y el orden institucional.
El caso de Foster Amasifuén Panduro pone en evidencia la gravedad de la violencia al interior de las fuerzas armadas y la necesidad urgente de tomar medidas claras para evitar que hechos como este se repitan.
Las autoridades han comenzado las investigaciones pertinentes, pero los familiares de la víctima insisten en la intervención de la Defensoría del Pueblo para garantizar una respuesta adecuada y que los responsables sean sancionados con el peso de la ley.