Huancavelica: Kullu Wantuy, tradición ancestral de Congalla, es declarado Patrimonio Cultural de la Nación
El Perú es uno de los países con mayor diversidad cultural en el mundo, por lo que es responsabilidad de las autoridades y la ciudadanía preservarla y difundirla. En tal sentido, el Ministerio de Cultura (Mincul) declaró una nueva manifestación social como Patrimonio Cultural de la Nación: la actividad colectiva Kullu Wantuy.
Esta práctica tiene arraigo en el distrito de Congalla, ubicada en la provincia de Angares, al oriente de Huancavelica. Según la cartera de Cultura, su nombramiento como patrimonio cultural responde a que representa una práctica colectiva, que refuerza los antiguos vínculos comunales que mantienen los vecinos. Es decir, forma parte de la memoria histórica y colectiva de sus participantes.
Patrimonio Cultural de la Nación
Su declaración fue oficializada a través de la Resolución Viceministerial 000008-2025-VMPCIC/MC, la cual la reconoce como "una práctica colectiva, tradicional, un ritual de origen ancestral". Su importancia no radica solo en su significado, sino también en la finalidad.
El Kullu Wantuy consiste en trasladar grandes troncos recién talados hacia un lugar determinado. Mientras esta actividad se desarrolla, los presentes acompañan con cantos y el consumo de hojas de coca, fiambres y chicha de jora. Al finalizar, los troncos se reúnen en un sitio definido, para su posterior uso en construcciones comunales.
Según la Agencia de Noticias Andina, los troncos refuerzan centros educativos, la casa comunal, templos, puentes y refacciones. La ceremonia alcanza su cumbre en la plaza principal de Congalla, representando la comunión y la solidaridad colectiva del distrito.
Distribución
De acuerdo al medio, los ocho ayllus que conforman el distrito de Congalla toman parte en la celebración. Estos se reparten las tareas a partir de mediados del mes de septiembre, dedicándole por lo menos tres días a la semana. Su ceremonia es compleja: inicialmente, las autoridades comunales visitan a las familias para convocarlas a tomar parte en la actividad.
Luego, se dividen las tareas de canto de harawis (letras que hablan de la vida rural), músicos de tinya (una especie de tambor) y otras actividades. El ritual inicia con la "velada del tronco", donde se le consulta a la naturaleza por el tronco que será cortado, "espantando" así los accidentes.
Finalmente, los cargadores de cada uno de los ocho ayllus se reúnen en la plaza central, colocando los troncos en las avenidas principales. Por último, dan una vuelta a la plaza, acompañados de los harawis y la música.