¡Estaba vivo! Un hombre sorprende a su familia al aparecer en su propio velorio tras cinco días de desaparición
Un insólito incidente conmovió a la ciudad de Yurimaguas, en la región Loreto, cuando un hombre, que su familia creía muerto, apareció caminando en su propio velorio. Se trata de Julio Saurin, quien había sido reportado como desaparecido por varios días, pero al final se descubrió que su familia había confundido su cuerpo con el de otra persona hallada en el río Huallaga.
La confusión comenzó cuando las autoridades encontraron un cadáver flotando en el río. Como no había familiares cercanos para identificarlo, la policía convocó a Sixto Saurin, hermano de Julio, para que realizara el reconocimiento.
Sixto, al observar una cicatriz en el brazo del fallecido, similar a la que su hermano tenía de un accidente laboral, asumió que se trataba de Julio. Ante esta suposición, los Saurin no dudaron en retirar el cuerpo para realizar los trámites y organizar el velorio.
¿Cómo una cicatriz desencadenó el error?
La coincidencia de la marca en el brazo fue interpretada como una señal clara de que el cadáver encontrado pertenecía a Julio. Sin embargo, el hecho de que no hubiera un familiar directo del otro muerto y la falta de otras pruebas definitivas dificultaron la correcta identificación. En la confusión, la familia asumió que era Julio y organizó un velorio sin cuestionar más el proceso.
Mientras tanto, Julio Saurin, ajeno a todo lo que sucedía en Yurimaguas, estaba trabajando en una chacra en el distrito de Shucushuyacu, donde no tenía acceso a medios de comunicación.
Su desconexión con el mundo exterior generó que su desaparición fuera interpretada como un caso más de personas perdidas. Sin embargo, al regresar a Yurimaguas y encontrarse con la escena de su velorio, la familia vivió un shock indescriptible.
¿Cómo reaccionaron los familiares al verlo con vida?
El momento fue tan desconcertante que, cuando su madre vio a Julio, no pudo evitar correr a abrazarlo entre lágrimas. Los demás familiares, que aún no lograban asimilar lo sucedido, quedaron paralizados ante la inesperada aparición del hombre que creían muerto. Mientras la emoción y la sorpresa invadían la escena, la familia trataba de entender lo ocurrido.
Sin embargo, la confusión no solo fue emocional. La familia también enfrentó un daño económico considerable, ya que los gastos del velorio superaron los 6.000 soles, entre los costos del ataúd, flores y organización de la ceremonia.
El cadáver de la persona confundida, aún sin ser identificado, fue enterrado como NN en el cementerio local, mientras los Saurin trataban de superar el impacto emocional y financiero del inesperado regreso de su ser querido.