26/02/2022 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
Muchos países almacenan el exceso de billete verde como reservas de divisas. Además, EE.UU. tiene que tener déficit comerciales persistentes con el resto del mundo para sacar suficientes dólares al sistema internacional.
En 1944, los norteamericanos en Bretton Woods, impusieron la supremacía de su moneda. Aquella que luego fue combatida por su enorme “exuberancia irracional”, al decir de un ministro de finanzas francés. En 1971, luego de 300 años de la burbuja de Mississippi y la moneda fiduciaria de John Law, se volvió a ellas. Se quebró el famoso acuerdo de Bretton Woods que establecía una paridad de US$35 por onza troy, con el respaldo de Fort Knox.
Este quiebre fue luego que el presidente Nixon reunido en Washington DC con los ministros de Finanzas del G-7 en el Smithsonian, declarara que era el acuerdo monetario más importante de la historia. La supremacía del dólar se mantuvo, gracias a que, en el año 1974, Arabia Saudita, entró al sistema de los Petrodólares. Y luego se impuso el famoso sistema “Swift” de intercambios para el sistema internacional de bienes que hasta ahora impera.
MUNDO NO LINEAL
El dólar ha resistido las secuencias de lo que se hizo en el 2008, la Covid 19, y la irrupción de inmensa liquidez, sine die, de algunos centrales con sus QE y la presión para estímulos fiscales de los Tesoros de países por el efecto siniestro del virus.
El caso es que en la década de 1930, el gobierno de Estados Unidos ilegalizó la propiedad de oro y obligó a los ciudadanos a venderlo al gobierno, lo que le permitió acumular enormes reservas. Pero comenzó a tener grandes déficits fiscales y a experimentar niveles de inflación crecientes y comenzó el drenaje de su oro.
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A la idea del “Bancor” de Keynes se inventaron los Derechos Especiales de Giro (DEG) como un conjunto ponderado de monedas duras y como dinero del FMI. Finalmente, en 1971, terminó la convertibilidad de Bretton Woods, como hemos señalado.
Ante ello, se ajustaron todas las monedas, se devaluaron frente al oro y otros activos duros en la década de 1970 y se convirtieron en fiduciarias.
Es decir, un sistema monetario en el que no hay nada de valor en la moneda misma; es solo papel, monedas de metal baratas o bits de información digital. Tiene valor porque el gobierno declara ello.
SU ACEPTACIÓN
En 1974, Estados Unidos y Arabia Saudita llegaron a un acuerdo y, a partir de ahí, el mundo se puso en el sistema del petrodólar; una forma inteligente de hacer que un sistema global de moneda fiduciaria funcione de manera decente. Con este sistema, Arabia Saudita y otros países de la OPEP, vendieron su petróleo exclusivamente en dólares a cambio de la protección y cooperación de Estados Unidos.
Por eso muchos países almacenan el exceso de dólares como reservas de divisas. Además, Estados Unidos básicamente tiene que tener déficit comerciales persistentes con el resto del mundo para sacar suficientes dólares al sistema internacional. Muchos de esos dólares se reciclan para comprar bonos del Tesoro y se almacenan como reservas de divisas, lo que significa que una gran parte del déficit federal de los Estados Unidos es financiado por terceros.
El sistema fue una de las pocas formas de hacer que todos en el mundo aceptaran papel extranjero para bienes y servicios tangibles.
Pero las ventajas son para los Estados Unidos. Esto lleva a una cantidad desproporcionada de comercio mundial en dólares en relación con el tamaño de la economía de los EE. UU. El sistema le da al dólar una demanda global persistente. Pero esto hoy parece que podría cambiar, con una China que ya instauró su criptomoneda, con otros países, que quieren usar sus bancos centrales para lo mismo y asimismo con quienes creen que los bitcoin y Ethereum van a seguir escalando, así como otras criptomonedas. Y hay mas, mucho más.
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