11/05/2021 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
Más allá de lo que planteen los candidatos participantes en la segunda vuelta, lo fundamental son las aspiraciones de la gente. A partir del diálogo efectuado con distintos contingentes, para enfrentar la crisis múltiple que nos afecta (sanitaria-económica-social-moral-política), resulta necesario construir consensos básicos para realizar cambios profundos y no cosméticos.
Para avanzar como país, lo primero es derrotar la pandemia Covid-19, garantizando que todos los peruanos seamos vacunados, priorizando a los más vulnerables, sin privilegiar a nadie, tal como lamentablemente sucedió (un expresidente, un congresista electo también involucrado en las esterilizaciones forzadas, entre otros). Vacunación universal, gratuita y oportuna liderada por el Estado, con el apoyo del sector privado, iglesias y FF.AA.
Lo segundo, a fin de no quedarnos en la respuesta inmediata, anteponer la atención en las postas, pues es mejor prevenir que lamentar; y sustentar la política de salud en investigaciones permanentes, para lo cual requerimos un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
El Perú tiene hambre y sed de justicia, por lo que, junto a la salud, la educación debe ser otro pilar del desarrollo integral en tanto derecho fundamental que enfatiza en lo público, asociado al acceso generalizado al Internet en el campo y la ciudad; generando condiciones en cuanto a infraestructura para regresar a las clases presenciales.
También puedes leer: OPINIÓN | Roberto Rodríguez Rabanal: “Segunda vuelta, el pueblo tiene la palabra"
La lucha anticorrupción es un factor conducente a la justicia social en un país donde en el periodo 2016-2019 los peruanos perdimos casi S/. 73 mil millones, monto que dejó de percibir el Estado debido a la acción de corruptores (empresas privadas, sobre todo las grandes) y corrompidos (presidentes y funcionarios). El rescate de los valores humanos como la honestidad y la transparencia es indispensable para la viabilidad del Perú como Nación.
Nuestra soberanía debe ser firmemente defendida, gestionando dignamente nuestros recursos naturales (minerales, gas, petróleo, mar y ríos). Soberanía es dignidad nacional y está vinculada a la libertad, por lo que la letra de nuestro Himno no debe quedar en el papel, sino que requiere traducirse en el ejercicio de los derechos a un trabajo digno, sin ningún tipo de exploración laboral; a la educación y a la salud pública; a la vivienda y al agua. Libertad que también debe garantizarse a nivel económico a través de la competencia, que es desnaturalizada por los monopolios y oligopolios; a la inversión, poniendo por delante la nacional y poniendo reglas claras a la extranjera; y a la expresión, entendida como la práctica del pluralismo y no concentrando la propiedad de los medios de comunicación.
Edificar un nuevo Perú bicentenario donde se respete la diversidad cultural y étnica; en el que Lima no esté de espaldas a la Sierra y la Selva; un país pacífico, sin violencia de ningún tipo (delincuencial, terrorista o hacia la mujer, niñez, adultos mayores y personas con discapacidad) también forman parte del anhelo ciudadano.
En nuestras manos está la decisión.
Más información: