27/07/2021 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
Por estos días, cuando todos tenemos la intención de pedir, los hombres y mujeres del campo están, también, en ese surco. Fueron eternos olvidados y sempiternos abusados, por los intermediarios, personajes creados y criados, entre el productor y los consumidores.
El campesino vive y trabaja todo el período de la producción y, las leyes creadas, hasta ahora, más se preocupan de precios de ventas, pero no de producción, muy importante para paliar todo el esfuerzo, y también capital, para llegar al producto final con calidad y ponerlo en el mercado.
Estudios realizados por organismos internacionales, indican que el 40% de los productos cultivados, para alimentar a las poblaciones, no son consumidos, perdiéndose una alta inversión. Se incluyen las luchas por las aguas y las horas hombres dedicadas a los campos.
A todas estas bajas se suma también la presencia de los gases de efecto invernadero. Producir en el campo no es como todos imaginamos: poseer un terreno, cuidar los regados. Luchas por las siempre escasas aguas de riego. El clima. Todo va a un resultado final.
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Cifras entregadas por el Fondo Mundial para la Naturaleza se puede dicen que 1.200 millones de alimentos se pierden en el campo y 900 millones en los negocios. Para producir 1.200 de toneladas de comida, muchas veces desperdiciada, se necesitan 4,4 millones de terreno y 160 kilómetros de agua. Siempre hubo más preocupación, por los buenos negocios para las ventas, pero, jamás para el agricultor, quien, se ha jugado todo, para dar vida a un producto de calidad.
Muchas veces, los aguaceros no programados suelen imponer pérdidas insospechadas. No programadas. Se queda en el camino todo un trabajo con alta inversión. Con largas jornadas de labor.
Por estos días, los productores del campo viven un momento muy difícil y, por ello, levantan la voz. Se espera que las nuevas autoridades entreguen una salvación para quienes nos dan de comer, con demasiado esfuerzo y, siempre, estuvieron en el rincón de los postergados.
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