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OPINIÓN | Manuel Rosas: Nadie persigue empresarios. Eso es lo peor

 No solo los políticos son causa de la desgracia de nuestro país. Escuchar a Roque Benavides en representa­ción de Confiep hablar de perse­cución a empresarios...

03/12/2018 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023

No solo los políticos son causa de la desgracia de nuestro país. Escuchar a Roque Benavides en representa­ción de Confiep hablar de perse­cución a empresarios y avalar la cobardía de García, solo confirma la enormidad de nuestros males. Benavides sabe la implicancia de los empresarios en todos los robos al Perú. Benavides sabe que las coi­mas pagadas para las obras en el Perú las cancelan empresas y em­presarios como él. Benavides sabe todo lo que se mueve para la adju­dicación de concesiones mineras. Benavides sabe cuánto se paga des­de el empresariado para financiar campañas y recibir a cambio leyes de un Congreso domado y obras de un Ejecutivo faldero. Benavides sabe lo que cuesta mantener las le­yes laxas en materia laboral. Sabe con cuánto y cómo se financia eso de la flexibilización laboral. Bena­vides sabe lo que hicieron sus pares de Graña y Montero. Sabe todos los detalles de los manejos en JJ Camet o en ICGGSA.

Y cuando digo sabe, lo digo no por­que necesariamente haya formado parte de estos fraudes miserables contra los peruanos. No es mi cham­ba ni saberlo ni decirlo. Sabe porque esto es vox populi. Sabe porque en los pasillos empresariales se mue­ven fórmulas matemáticas para pa­gar los diezmos. Se mueven indus­trias de facturas falsas. Se mueven cientos de asesores para abrir cuen­tas en Andorra y otros paraísos fisca­les. Se mueven agentes políticos que arman engranajes para entrar faci­lito a las adjudicaciones de obras. Benavides, el factótum del empre­sariado nacional, sabe que la lepra maldita del robo está crónicamente penetrada en la piel de buena parte de nuestro empresariado nacional. Lo sabe y se hace el loco. Lo sabe y se hace el conchudo. Lo sabe y nos es­peta en la cara con una frialdad im­presionante eso de que los empresa­rios están perseguidos. ¡Pamplinas! Nadie los persigue.

Ojalá los persiguieran. Así darían cuenta de los millones de dólares robados con los dólares MUC. Ojalá los persiguieran. Así darían cuenta de los miles de millones embolsica­dos con el remate de nuestras em­presas públicas. Dicho sea de paso el proceso de una de ellas acaba de entrar en investigación, ojalá seria, en el Ministerio Público a pedido de la Procuraduría Anticorrupción. Ojalá tuviéramos no uno, ni dos, sino un ejército de procuradores y fiscales persiguiéndolos para expli­car cómo les dieron concesiones mineras tan baratas, cómo les per­donan impuestos que a la mayoría cobran con intereses y todos. Así explicarían cómo hicieron para hacerse de todos los esfuerzos eco­nómicos de los peruanos en más de 100 años con la ridícula suma de 7 mil millones de dólares que ade­más desaparecieron en el decenio del fujimorismo. Nadie persigue a Roque Benavides ni a sus pares. Por­que no les persiguen estamos como estamos. Nadie persigue al rostro visible del casi siempre insaciable empresariado nacional. Nadie per­sigue empresarios. Eso es lo peor. ?

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