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OPINIÓN | Manuel Altamirano: "Una mirada al mundo"

mira24
10-01-2020

Hoy la prensa mundial dice que se escuchan tambores de guerra en Oriente Medio a raíz del asesinato, en Bagdad, del general iraní Qasem Soleimani, un hombre considerado héroe por los iraníes. Su muerte se produjo a raíz de un ataque con drones (vehículos aéreos no tripulados) a una comitiva que se dirigía al aeropuerto de Bagdad, donde no solo murió Soleimani, sino también otros cuatro oficiales iraníes y cinco iraquíes miembros de la red paramilitar pro iraní Hashed al-Shaabi, en total diez personas.

El entierro de Soleimani tuvo una asistencia masiva (cerca de dos millones de personas) y producto de una estampida murieron 56 personas y hubo más de doscientos heridos. Estos funerales se convirtieron en un acto de protesta y clamor de venganza contra los Estados Unidos.

Sin embargo, no debemos olvidar que la población iraní salió a las calles hace meses para protestar por el incremento de los precios del combustible, siendo reprimidos por la Guardia Revolucionaria comandada por el entonces general Soleimani.

Posteriormente, al día 8 de enero se inició la “Operación Mártir Soleimani”, que representa la venganza de Irán por la muerte de su general. En esta operación se dispararon 22 misiles a dos de las bases que albergan militares de Estados Unidos en Irak: Irbil y Al Asad, sin bajas reportadas.

Según las autoridades iraquíes, 17 misiles impactaron en la base de Al Asad, dos de los cuales no explotaron, y cinco misiles cayeron en Irbil; los misiles utilizados tienen un alcance de entre 300 km y 750 km, siendo el misil Fateh-110 y el Qiam-1 los proyectiles disparados, y han sido descritos como uno de los sistemas más precisos del país, utilizados también por Siria y el grupo armado Hezbolá en Líbano.

Analicemos la muerte de Soleimani; ha logrado cohesionar al pueblo iraní y consolidar al menos momentáneamente el poder del Ayatola, bajando las tensiones internas, mientras tanto en EE.UU., el audaz ataque ordenado por Trump, en el inicio del año electoral estadounidense, le alivia tensiones y refuerza su imagen de hombre duro ante el inminente juicio político que viene atravesando.

A todas luces, la respuesta iraní ha sido muy tibia como para contentar a su población que buscaba venganza, al parecer no habrá conflicto a gran escala, pero sí algunas escaramuzas, en conclusión; los dos gobiernos ganan y el precio del petróleo no sube.

Por otro lado, los incendios forestales de Australia, un país con una rica fauna endémica, es una muestra de lo pequeños que somos frente a los desastres naturales. Esta tragedia ha sido causada por el llamado “Niño Indio”, que ha ocasionado la ola de calor y la sequía en la región, las pérdidas humanas no han sido considerables, se habla de 24 fallecidos, pero el daño ecológico es casi irreparable, tal es así que la Australian Koala Foundation (AKF) ha anunciado que el Koala está extinto funcionalmente, puesto que, debido a la reducción de su población, ya no podrá desempeñar un papel significativo para el ecosistema, la salvación de ellos está en nuestras manos; en total se estima la muerte de 400 millones de animales silvestres.

No quiero terminar esta columna sin citar las declaraciones del primer ministro de Canadá Justin Trudeau, quien señaló que “Inteligencia de múltiples fuentes” indica que Irán derribó el Boeing ucraniano, cuya mayoría de pasajeros eran canadienses, la evidencia indica que el avión fue derribado por un misil tierra-aire iraní, pero también dice que esto podría haber sido involuntario, esperemos a ver qué sucede. En una guerra todos pierden, mejor que salven a los koalas.