07/10/2019 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
La decisión del presidente Martín Vizcarra de disolver el Congreso de la República ha recibido un amplio respaldo de la población, cansada de los desaciertos de un Parlamento que se ganó a pulso la desaprobación mayoritaria del país.
Pero después del respaldo del 89.5 por ciento de la ciudadanía, de acuerdo a la última encuesta de CPI, el desafío que tiene ahora el presidente Vizcarra y su flamante gabinete ministerial que juramentó el jueves, es atender los graves problemas que afectan al país y que los peruanos reclaman que sean resueltos desde hace un buen tiempo.
La inseguridad en las calles es quizá el mayor problema que tiene el gobierno por resolver. La delincuencia en las calles sigue causando terror en la gente que sigue siendo víctima de robos y arrebato de sus pertenencias por hampones armados. A lo que se suma la ola de crímenes y los feminicidios que siguen en aumento.
Es hora de atender la salud pública, dotar a los hospitales de la infraestructura y equipos indispensables para atender a los pacientes, además de la falta de medicinas para curar sus enfermedades. Ayer nomás se denunció un caso de médicos del Instituto de Salud del Niño que fueron detectados libando licor, sin importarles la responsabilidad que tienen para el cuidado de sus menores pacientes.
En educación hay mucho por hacer. Muchos colegios en mal estado que urge que sean refaccionados.
En materia económica es necesario poner fin a la incertidumbre y que se adopten medidas para recuperar el crecimiento, incrementar la inversión pública y generar mayores puestos de trabajo. La reconstrucción del norte sigue también a paso de tortuga.
La ministra de Economía, Antonieta Alva, tiene en sus manos la gran responsabilidad de recuperar la confianza. Los especialistas han destacado sus méritos, y el país espera que su gestión esté acorde a las circunstancias.
No podemos seguir con la lentitud en el gasto público. El país ya no se puede dar el lujo que a fin de año los ministerios y distintos sectores terminen devolviendo el dinero que se les presupuestó por una mala administración de los recursos. No es posible que a tres meses de terminar el año, los porcentajes de gastos no superen el 50 por ciento.
El pueblo espera obras y es hora de que el gobierno demuestre capacidad de gestión.