12/10/2021 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
Con la salida de Guido Bellido de la Presidencia del Consejo de Ministros y de varios integrantes de aquél gabinete, se esperaba que el clima de controversias que provocó inestabilidad política, había terminado y que por fin el país encontraba la tranquilidad para encaminarse a la reactivación económica.
Sin embargo, casi una semana después dicho escenario sigue alterado por los cuestionamientos desde el Congreso a dos ministros del gabinete que ahora preside Mirtha Vásquez, y por la ley de interpretación de la cuestión de confianza que los parlamentarios pretenden aprobar por insistencia y que el Ejecutivo rechaza dizque porque detrás se esconde pretensiones de una vacancia presidencial.
Es decir, el Congreso busca defenderse de un posible cierre poniendo freno a las razones por las cuales el Ejecutivo puede apelar a la cuestión de confianza, pero no hace nada aún para precisar las razones por las cuales se puede vacar a un presidente de la República. Ambas figuras están contempladas por la Constitución del 93. Para vacar a un mandatario, bajo la figura de incapacidad moral permanente sin que se tipifique en qué consiste, el Parlamento necesita 87 votos. Y para cerrar el Legislativo, el jefe de Estado requiere de la negativa a dos cuestiones de confianza a su gabinete que las puede solicitar por cualquier tema. ¿Por qué no se plantea una reforma constitucional para que se tipifique las causales para la vacancia, y los temas por los cuales se puede plantear la cuestión de confianza? Así, el suelo estaría parejo para ambos poderes.
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Pero eso no es lo prioritario en este momento. El país espera que sus políticos se unan para resolver la crisis económica, política y social a la que nos han llevado desde hace décadas autoridades corruptas e ineficientes. Que el presidente no dé motivos de cuestionamientos con la designación de ministros que no son idóneos para los cargos, y que el Legislativo trabaje para atender las demandas de millones de peruanos que sufren por la crisis en que nos ha dejado la pandemia, como los fonavistas que esperan les devuelvan su dinero que aportaron con el sueño del techo propio que nunca se hizo realidad. Solo necesitan la derogatoria de un decreto para que se haga viable, pero desde ambos lados “no se oye padre”. En la misma situación se encuentran los deudores que también han sido “ahorcados” por la pandemia y las abusivas tasas de interés que le aplican los bancos y hacen imposible su pago. El mandatario Pedro Castillo anunció hace unos días que se daría un salvavidas a los deudores, pues bien, cumpla señor presidente. No es justo que las grandes empresas hayan recibido un respiro a través de Reactiva, y estos peruanos no tengan una manito del Estado. Igual esperan los jubilados de la ONP o quienes necesitan trabajo. Nuestras autoridades deben atender primero lo primero. Para eso fueron elegidos, ¿o no?
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