OPINIÓN | Luis Ángeles Laynes: "No hubo sorpresas"

No fue más de lo mismo. Fue diferente y peor. El presidente Pedro Castillo pronunció un mensaje a la Nación que inició desafiante, acusando como siempre a otros de las denuncias de corrupción que pesan en su contra y que han valido para que la Fiscal de la Nación le abriera, hasta el momento, cinco investigaciones que lo complican cada vez más con la entrega de su hombre de confianza, amigo y exsecretario en Palacio de Gobierno, Bruno Pacheco, y el anuncio del prófugo exministro Juan Silva, a través de su abogado, de entregarse a la justicia para colaborar con todo lo que sabe y que puede ser el puntillazo final a su gestión presidencial.

Castillo dijo una vez más que se somete a la justicia para aclarar dizque los delitos que se le pretende imputar, pero no se dirigió a su abogado para que no siga haciendo lo imposible para impedir que se le investigue. Tampoco habló de acciones que debe hacer su gobierno, a través del Ministerio del Interior, para capturar a su sobrino Fray Vásquez y al exministro de Transportes, Juan Silva, aún prófugos.

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Es más, tampoco se dirigió a ellos para que se pongan a derecho y se sometan a la acción de la justicia. Tampoco leyó la parte final de su mensaje que decía “Conmino a los ciudadanos que se encuentran prófugos de la justicia y que el país reclama su comparecencia, a entregarse a las autoridades, pues el Perú quiere saber la verdad”. ¿Qué pasó? ¿Se arrepintió porque sabe que si ellos entregan lo complican más? Por mandato constitucional, el presidente de la República está obligado a leer su mensaje escrito y aprobado por el Consejo de Ministros. Esto solo puede ser considerado como una burla más.

El Perú sí quiere saber la verdad señor Castillo, pero no solo desde la gente de su entorno que ya está en falta con la justicia, sino de usted mismo, pero como siempre seguirá haciéndola larga, dejar que pase el tiempo y ver qué puede hacer en tanto. Si continúa así y caen esos dos personajes, lo más probable es que precipiten su fin. La fiscal de la Nación, Patricia Benavides, ha ratificado su compromiso de luchar sin distinción contra la corrupción en el poder, y el país reclama que las investigaciones iniciadas culminen lo más pronto posible para saber la verdad y si le encuentra responsabilidad, usted ya sabe lo que ocurrirá.

Ayer, al final de su mensaje la oposición le exigió su renuncia, pero como lo comentamos en columna anterior, usted no lo hará. Seguirá victimizándose y culpando a la prensa y sus adversarios. Pero solo usted sabe lo que saben Bruno Pacheco y los aún prófugos.

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