OPINIÓN | Lewis Mejía Prada: Prevención ante la depresión
La depresión es un problema de salud pública y una enfermedad mental que, aunque no parezca, afecta a muchas personas, a veces con desenlaces funestos, como el suicidio.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los casos de ansiedad y depresión se incrementaron en más del 25 % a nivel global en el último año, mientras que el Ministerio de Salud (MINSA) ha precisado que el 52.2 % de la población de Lima Metropolitana sufre de estrés de moderado a severo.
Un total de 313,455 casos de personas con depresión fueron atendidos a nivel nacional durante el 2021 a través de los diversos servicios de salud mental, reflejándose un incremento de 12% de casos en relación a la etapa prepandemia. Entre las causas principales figuran los problemas de salud, las deudas y otras preocupaciones de índole económico, y las disputas entre familiares y amigos, o con el ser querido.
Un factor que ha sumado mucho a esta situación es el alto número de fallecimientos a consecuencia de esa pandemia, lo que ha dejado a familias enteras sumidas en la tristeza y la desesperación. ¿Podemos hacer algo para evitar que el afectado tome decisiones que puedan afectar su vida y su salud? ¿Hay signos que podrían indicarnos que estamos ante una posible emergencia?
Conversé hace poco con el psicólogo Richard Trejo, especializado en psicología de emergencias y desastres, dice que los compañeros de trabajo, de estudios, los mismos familiares y hasta los vecinos, pueden detectar síntomas o señales de alarma, ante las cuales es importante responder rápido. Es casi imposible predecir el momento en el que una persona hará una tentativa contra su vida, pero se debe estar atento a las señales de advertencia, como por ejemplo pensar o hablar sobre el suicidio.
También, abusar de ciertas sustancias, como las drogas o el alcohol, sentir una falta de metas o pertenencia, percibirse como atrapado y sin una salida a los problemas. También es una alerta observar actitudes de desesperanza o que no hay motivos para vivir, el retraimiento de la familia, los amigos, el trabajo, la escuela, las actividades de esparcimiento los pasatiempos.
La ansiedad, inquietud, irritabilidad o agitación; y la imprudencia que se traduce en el comportamiento tendiente a asumir altos riesgos, cambios de humor intensos. Por eso, en el centro de labores, es necesario implementar programas del cuidado de la salud mental de los colaboradores, hay organizaciones y profesionales que pueden ayudar a encontrar apoyo.
Es importante saber que estos sentimientos pueden desaparecer con un tratamiento multidisciplinario, y también es positivo que, una vez advertidos los síntomas, recordemos al afectado que no está solo, brindándole confianza y fortaleza emocional.
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