19/03/2022 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
El deslizamiento que arrasó con un grupo de viviendas en la localidad Retamas, en Pataz, región La Libertad, en la que varias personas se hallan desaparecidas, nos deja, además del dolor, nuevas lecciones.
La principal, la imprudencia de nuestros connacionales que construyen libremente y en cualquier lugar, sin tomar en cuenta los riesgos que eso puede significar en el futuro. Sabemos bien sobre la falta de oportunidades para tener una vivienda digna en nuestro país, y de los esfuerzos que realizan miles de familias por tener un espacio familiar.
Sin embargo, también es cierto que hay normas y reglamentos que deben cumplirse para precisamente evitar lo que aconteció en ese remoto lugar de los andes peruanos. Una segunda y no menos importante reflexión tiene que ver con el papel que deben cumplir nuestras autoridades, nacionales, regionales y locales vinculadas al sector construcción.
A la muy necesaria labor de fiscalización y control, debe sumarse con mucho mayor fuerza la de prevención, que tendrá como objetivo evitar que vuelvan a ocurrir desastres como los que hemos visto. Y esta tarea debe ser muy didáctica, llevada en la práctica como una misión casa por casa, visitando y motivando a las familias a tomar en cuenta las recomendaciones de seguridad.
Los alcaldes provinciales y distritales deben liderar este tipo de acciones en sus respectivas ciudades, y ponerle mucha atención en cuanto a qué se está haciendo al respecto. Y no solo en el tema de los deslizamientos o derrumbes, hay mucho que hacer, por ejemplo, en lo que significan las inundaciones por desborde de los ríos y las lluvias torrenciales.
No puede ser posible que, en el caso antes citado, año tras año las aguas sin control ingresen a un sector determinado -y conocido por todos- y causen daño prácticamente a las mismas familias de la vez anterior. Todos los esfuerzos posteriores al incidente, como son el envío de bomberos y otros rescatistas, así como frazadas, carpas, alimentos, medicinas y ropa de abrigo, no salvan una vida.
Debemos evitar que sigan ocurriendo más muertes y personas lesionadas, así como pérdidas económicas, y en ese esfuerzo podemos participar todos los peruanos, organizados, capacitados y, sobre todo, motivados.
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