OPINIÓN | Julio Schiappa: Juventud y reformas

Muchas huachaferías se dicen de los jóvenes en las campañas electorales y se prometen generalidades que reflejan la desconexión de muchos candidatos con la realidad social de la juventud entre 18 a 30 años.

Más productivo resulta leer las necesidades y soluciones para cambiar la actual generación con el ingreso masivo de la juventud a la vida política, como ya empezaron a hacerlo las mujeres con mucho éxito, con prisa y sin pausa. Los jóvenes, entre 18 y 30 años, eran el 30% de los electores. Y los que votan por primera vez fueron 549,648, todos de 18 años cumplidos hasta el día de la votación del 2016.

Su peso definió la elección de PPK ese año, y, seguramente dará la hora en los procesos 2022 y 2026. La primera y más significativa reforma política a favor de los jóvenes seria ampliar la base electoral juvenil del país bajando la edad de ciudadanía a 16 años, convirtiendo en ciudadanos a una parte importante del país. No solo se trata de empujar derechos, sino también deberes, en términos de responsabilidades civiles y penales que la situación de seguridad ciudadana requiere.

Una segunda medida sería bajar la edad para ser elegido a 18 para regidor municipal y a 20 para congresista. Estos cambios implican una renovación generacional y una masiva inclusión de jóvenes en el gobierno del país y en los partidos políticos. Caras nuevas para un mejor país, el cambio no mata, la mismocracia, sí. Una tercera reforma debe ser la incorporación al Servicio de Salud-SIS o EsSalud de todos los estudiantes universitarios del país, que tienen total precariedad, hasta en las caras universidades privadas, para cubrir emergencias de salud.

Por ser mayores de 18 sus padres no pueden cubrirlos con su Seguro de EsSalud. En tiempos de pandemia, el acceso a la salud dejó de ser un tema para ancianos, también los jóvenes terminan en una UCI. Y habrá varias pandemias y muchas plagas en los años por venir. La cuarta reforma tiene que ver con el cambio radical del sistema educativo para integrarlo al net en el día a día de jóvenes y niños, costoso atraso que, además, tiene un problema estratégico con la visión que el Estado y los candidatos tienen de este servicio esencial.

Todos hablan de la red dorsal y conexiones físicas que están superadas por un revolucionario sistema de conexión satelital con el proyecto Starlink que dirige el magnate Elon Musk, sí, el de los viajes a Marte y los autos eléctricos. Musk está creando un sistema de miles de satélites de órbita baja, que permiten una señal clara hasta en la puna más alta y el desierto más lejano.

Mostrando los bíceps hace pocas semanas, Musk reestableció la red de internet de manera gratuita a Ucrania, que había sido deshabilitado por los rusos. Y el sistema ya está por ser iniciado en los países andinos.

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