OPINIÓN | Javier Zúñiga: Efectos económicos del aumento de la remuneración mínima vital
A raíz del deterioro de la economía, el gobierno decidió aplicar un conjunto de medidas, como el aumento de la remuneración mínima vital. A través de esta decisión se pretende mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores en un contexto de elevada inflación; sin embargo, esta medida generaría un efecto contrario.
El pasado domingo, el gobierno peruano anunció el aumento de la remuneración mínima vital (RMV), incrementándose de S/930.00 a S/1,025.00. Esta medida rige a partir del 1 de mayo del presente año.
En enero, la ministra de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), señalaba que el aumento de la RMV se trabajaría conjuntamente con el Consejo Nacional de Trabajo (CNT) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para lograr un consenso al respecto. Es conveniente indicar que se desconoce el consenso y el sustento técnico para el citado aumento.
La situación del empleo nacional es delicada, pues el subempleo por insuficiencia de horas y salarios se ha incrementado en 13.4% durante el 2021, con respecto del 2020. Esto significa que el empleo generado en el 2021 estuvo sujeto a puestos laborales con menores ingresos, principalmente en las micro y pequeñas empresas (Mypes).
Con respecto a las Mypes, se encuentran batallando por sobrevivir a la desaceleración económica nacional y con el aumento de la RMV, su carga es más pesada. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), durante el 2021 las Mypes representaron el 82.7% del empleo nacional (14.2 millones de trabajadores).
Ante el incremento de la RMV, las empresas en general estarían siendo afectadas en su estructura de costos, lo cual significaría el aumento de los precios de sus productos y servicios, generando una mayor inflación o, en un caso extremo, el despido de personal.
Otra consecuencia negativa es el aumento de la informalidad empresarial y laboral. Por un lado, se prevé un aumento en la informalidad empresarial, situación donde las empresas formales, al no poder sostener la planilla laboral, decidirán contratar en la informalidad, pudiendo incluso abandonar su estado formal, lo que significaría menores ingresos tributarios.
Si bien el aumento de la remuneración mínima vital, en un escenario económico normal, permite que la brecha de desigualdad salarial se reduzca, en la actual coyuntura inflacionaria, esta medida, más que beneficiosa, sería perjudicial para las familias peruanas.
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