OPINIÓN | Jaime O. Salomón: Cambio de estación
Por Jaime O. Salomón / ciudadanos, emprendedor y docente.
Estamos próximos a un nuevo cambio de estación. Muchos celebran con anticipación la llegada de la primavera. Los que no estamos en la capital y recordamos nuestra niñez, juventud y buenos años de nuestras vidas en bellos lugares como Chosica o Chaclacayo, recordamos también como en estas fechas empezábamos a preocuparnos por la próxima llegada de los huaicos.
Estamos próximos a un nuevo cambio de estación. Entre idas y vueltas en apenas un par de semana se debe consolidar lo que una vez más será una acción obstruccionista no contra el ejecutivo, sino contra el país, contra el pueblo, contra el elector que siempre reflexiona de su voto una vez que ya lo ha hecho y no antes.
Estamos próximos a un nuevo cambio de estación. Muchos tratan de mantener más vigente que nunca ese dicho popular que dice, “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Y entonces aparecen los que tuvieron muchas oportunidades de hacer y no hicieron; los que pudiendo mejorar, solo mejoraron sus arcas, la de sus familiares, ¡la de sus clubes! y la de sus amigos o conocidos. Los que hoy son especialistas en todas las soluciones que nunca tuvieron en gestión a decir que hay que hacer. Y llegan unos a otros, atropellando, rebasando, destruyendo lo que se intenta hacer, porque así son los huaicos.
Estamos próximos a un nuevo cambio de estación. Cuando me dijeron para asumir una importante labor en el oriente del país, no lo pensé dos veces. Era la oportunidad de demostrar que una gestión seria podía sostener su accionar trabajando con planificación, metas claras, objetivos reales y con cero corrupción. Claro, también sabía que ello no sería del agrado de todos, sobre todo lo último, porque lamentablemente en nuestro país es moneda corriente hacerse de los recursos del Estado y tener padrinos mágicos para defender ello. Pasa en todo lugar, lamentable, pero cierto.
Estamos próximos a un nuevo cambio de estación. Y para cerrar la idea del párrafo anterior, no hemos cumplido un año a la cabeza de tan importante reto y las cifras en logros y eficiencia respecto al anterior son inmensamente superiores, gracias al trabajo de un equipo de profesionales y técnicos que entendieron que si es posible que una empresa de la selva pueda convertirse en un referente nacional. Más de 112 millones de soles entregados en obras de alto impacto social, beneficiando a poco más de 2 millones de peruanos en el nororiente patrio, consolidando la idea de que solo el trabajo conjunto logrará el desarrollo de nuestros pueblos.
Estamos próximos a un nuevo cambio de estación. Y quiero recordarle a todos aquellos que, como yo, tienen altas responsabilidades para con el país que, “los cargos públicos son prestados, son pasajeros, son magníficas oportunidades para dar y dejar lo mejor de nosotros, con la honesta convicción de servir a los demás”. Lo leí hace poco y encontré en tan pocas palabras tanta certeza.
Estamos próximos a un nuevo cambio de estación. Y como me dijo doña Séfora y doña Juana hace algunas mañanas: “¿Qué celebración de la primavera puede haber sin energía, sin luz y sin esperanza de un mejor amanecer para nuestros hijos?”. Hoy, eso está cambiando gracias a su esfuerzo. Porque para lograrlo, necesitamos el compromiso de todos. Este país requiere del empuje de cada uno.
Trabajemos por el Perú.