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OPINIÓN | Jaime O. Salomón: No ahoguen la Navidad

Es tiempo de aprender. De dar sin tener que comprar, de generar progreso que rebote en las personas
cabeza-regalos
23-12-2018

Por Jaime O. Salomón / phd analista político

Parafraseando a Gabriel García Márquez: “Navidad no es una fiesta; mientras unos disfrutan sin saber por qué, otros no tienen luces, regalos y menos un pan”.

No deberíamos festejar Navidad si como seres humanos no buscamos el bienestar del prójimo, el de nuestra co­munidad, distrito, provincia, departamento y del país.

El bienestar social debiera ser uno de los principales fi­nes de las personas y del Estado.

Es una fiesta que ha dejado de ser la celebración del naci­miento de Jesús, para convertirse en una fecha monetaris­ta. No debemos sustituir la presencia de Dios por objetos.

Navidad sigue siendo un desafío para la política porque viene rebasando el significado de la celebración.

Ya el papa San Juan Pablo II pidió en el 2003 “que no se ahogue la Navidad en el ruido y la confusión”; lamentable­mente la Navidad sigue sin saber nadar.

No dejen pasar la oportunidad de dar a quien lo requiere, a quien necesita un abrazo, a quien busca una sociedad justa.

Es tiempo de aprender. De dar sin tener que comprar, de generar progreso que rebote en las personas.

Ante el nacimiento de Jesús hace 2018 años, Herodes realizó tremenda matanza de niños con intención que el recién nacido no sea un futuro competidor político. Pero María, José y Jesús lograron escapar a Egipto, cual perse­guidos políticos. Si bien los políticos se asemejan y, cono­cen el resto de la historia, les pediríamos que no sigan re­plicando a Herodes.

No hablemos de política en Navidad, pero tampoco ha­gan politiquería.

Esperemos que los nuevos alcaldes distritales, provincia­les y gobernadores trabajen desde el primer día de su ges­tión, haciendo el bien, con respeto a la institucionalidad, a los poderes del Estado, con armonía y solidaridad.

Aplaudan en Navidad a quienes trabajan porque no haya más lágrimas, porque no haya más personas sin presente, porque no haya más desigualdad, porque no haya más ingratitud.

Reflexionen, cumplan día a día un papel apropiado, con conciencia, paciencia y sabiduría; que nuestros líde­res generen políticas que llenen de alegría y bienestar a toda la sociedad.

Felices Fiestas, que el corazón de todos los peruanos se ilumine de esperanza y paz.

Trabajen por el Perú.

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