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OPINIÓN | “Elecciones en Francia: a la derecha de la derecha”, por Carlos Jaico

La candidatura a la presidencia de Eric Zemmour, ensayista, escritor y ahora político francés, ha salido con fuerza en las próximas elecciones presidenciales del 10 de abril
24-03-2022

La candidatura a la presidencia de Eric Zemmour, ensayista, escritor y ahora político francés, ha salido con fuerza en las próximas elecciones presidenciales del 10 de abril. Su lenguaje provocador, directo y sobre todo xenófobo ha hecho que encarne el candidato preferido de la extrema derecha francesa.

Para lograrlo, ha debido darle una vuelta más a la tuerca de la extrema derecha tradicional representada por Marine Le Pen. Se pensó que Marine Le Pen encarnaba lo más extremo en la derecha, pero no. Eric Zemmour debía llegar para quitarle votantes en lugares radicionalmente conquistados por la familia Le Pen.

Precisamente, los resultados en las elecciones regionales han sido decepcionantes para Marine Le Pen. Por su parte, Zemmour se dio cuenta muy rápidamente antes incluso de incursionar en la política, que el discurso nacionalista de corte xenófobo tendría adeptos en los sectores B y C de la población francesa.

El discurso de la inseguridad ciudadana, por ejemplo, debía entonces calar en el electorado desde el momento en que se tomara como chivo expiatorio a los inmigrantes. A pesar de ser algeriano de origen, su discurso postula una etnicidad con visión apocalíptica. Para él, si es que ahora no se detiene el flujo migratorio Francia desaparecerá a mediano plazo.

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Los escenarios que el imagina son aterradores para la gran población francesa, que sufre ya los embates de la recesión económica y la falta de empleo. Es prácticamente la misma estrategia que aplicó Nicolas Sarkozy, para ganarle a Jean-Marie Le Pen. Sin embargo, ese discurso fue efectista, la consecuencia más tangible fue polarizar a la sociedad francesa entre quienes tenían un origen extranjero y los propiamente franceses, lo cual era una falacia porque el mismo Sarkozy es de origen armenio.

Estos excesos llevaron a que se buscara una opción electoral menos confrontacional con François Hollande, de izquierda. Pero su balance gubernamental, sin mucho éxito principalmente en el plano económico, permitió que la derecha retornara al poder con Emmanuel Macron. Hoy, nuevamente, Francia se encuentra enfrentando una crisis económica importante, sin haber podido resolver el tema de los flujos migratorios que cada vez son más importantes.

Peor aún, hasta ahora ningún candidato de izquierda ha venido a desacreditar sus argumentos. Es el escenario ideal para que los debates apelen a la superficialidad de las emociones. Una vez más, estará en el centro del debate aquel inmigrante desconocido que, pese a estar socialmente integrado, será visto como un extranjero en el país que lo acogió.

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