OPINIÓN | Eduardo González Viaña: El Amauta en España
Allá por 1958, José María Arguedas pasó seis meses en dos pueblos de España. Acabo de estar en ellos, Bermillo y La Muga de Sayago (provincia de Zamora) para conocer cómo escribió allí su tesis “Las comunidades de España y del Perú” publicada por San Marcos en 1968. Su intención fue hacer un trabajo de campo etnográfico que estableciera una comparación entre la vida campesina de Castilla y las comunidades andinas.
El cariño de los naturales, que siempre se siente en España, y las semejanzas con la comunidad donde se criara, debieron hacer encantadora su vida. Sin embargo, algunos hechos la afeaban. Debía presentarse semanalmente ante la Guardia Civil porque su ficha política revelaba que, en el Perú, había expresado solidaridad con la República, y era la época cruel del franquismo.
Llegué acompañado por el antropólogo peruano José Carlos Vilcapoma e invitado por el pintor español Alberto Jambrina, y no hubo hora en que no encontráramos una huella del gran escritor y varias placas conmemorativas, una de las cuales lleva el nombre de nuestro embajador Claudio De la Puente. La gente nos señaló la posada donde había vivido, el lugar donde solía detenerse a pensar, las casas de sus mejores amigos, el nombre del platillo que saboreaba en la fonda del pueblo.
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Por fin, nos mostraron el libro mencionado. De alguna manera, los naturales habían conseguido que un librero peruano les enviara doscientos ejemplares, y se los habían repartido. Nuestra visita coincide con la presentación en Lima de una nueva edición, acto en que los presentadores serán el embajador de España, Alejandro Alvargonzález, y la profesora Cecilia Rivera. Creo que lo que vi fue lo que no vi.
Vi la higuera que crecía junto a la iglesia y que, en nuestro tiempo, se ha borrado, pero juro que la vi. Como es tradición hispana, junto a ese árbol se decidía la marcha de la comunidad. Aparte, de noche, más de una pareja supo allí que la felicidad y el futuro les pertenecían. Y por fin, bajo un árbol parecido, Cervantes escuchó las meditaciones de Don Quijote en algún lugar de la mancha. Bajo esa higuera, escribió el Amauta.
Me he propuesto dar una charla sobre el Perú en cada lugar de España al que viaje. Lo he hecho semanalmente en el parque del Retiro. Sin embargo, en este rincón de Zamora, fue una higuera de España la que me dio una lección de vida.
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