27/09/2021 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
Si tendríamos que enumerar los problemas más álgidos que tiene el Perú, no dudaríamos en considerar la grave pandemia de la covid-19, la falta de empleo, la crisis económica y la incesante ola delictiva que se ha diseminado a lo largo y ancho de todo el territorio patrio.
Es que, a decir verdad, poca atención se le viene dando a este último, que ya debería reportarse como un problema de Estado, porque las cifras de los diferentes delitos, sobre todo contra el patrimonio, están al rojo vivo.
Si ya como peruanos, hemos tenido una curva en ascenso en la inseguridad ciudadana, ahora se reporta la delincuencia de la migración extranjera, que según algunos entendidos es más letal y fría para atentar contra el patrimonio, la vida, el cuerpo y la salud de su próxima víctima.
No cabe duda, que cualquiera de nosotros puede ser sujeto pasivo de la comisión de estos delitos, solo puede ser factor de mala suerte y encontrarse en la hora, día y lugar equivocado, pues pese a los esfuerzos de los gobiernos locales que se han preocupado por la inseguridad ciudadana al tener todos ellos su personal de serenazgo, poco o nada ha disminuido la ola delictiva.
Según ha dado a conocer César Ortiz Anderson -presidente de Aprosec- uno de los principales problemas del país, indudablemente es la inseguridad ciudadana, pues la delincuencia ha llegado a tocar fondo y al mes ocurren un promedio de 36,000 delitos y de acuerdo a la Dirección de Tecnología de la Información y Comunicación de la Policía Nacional, cerca de 50 personas son víctimas de la comisión de un delito cada minuto.
Eso significa que, cada sesenta segundos, se estaría produciendo un hecho punible en el país, lo cual es altamente tóxico.
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Arrebatos y raqueteros al paso, robo de celulares, carteristas, robo de autopartes, asaltos en las viviendas y centros comerciales y atracos, en suma, delitos contra el patrimonio en sus diversas modalidades.
Amén, de ello hay que agregarle los delitos de violencia contra las mujeres, feminicidio, violación sexual, extorsión, sicariato, tráfico ilícito de drogas, lavado de activos, homicidios y otros.
Urge replantear políticas de Estado para controlar la grave situación que vivimos y se debe prevenir, investigar, juzgar y sancionar con todo el peso de la ley, contra quienes cometen delitos graves y atentan contra la propia seguridad ciudadana.
Se tiene que articular desde las más altas cumbres del poder, con los sectores públicos y privados para dicho propósito, pues todos estamos comprometidos para luchar contra este flagelo y para ello también urge replantear políticas de Estado de igualdad de oportunidades, fomentar una verdadera política cultural, educativa y deportiva para nuestros jóvenes.
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