OPINIÓN | Dennis Falvy: Inflación en la antigua Roma
Según el blog El Economista, Roma supera sus crisis, por ejemplo, en el año 33 y alcanza su apogeo en el siglo II. Expande las fronteras al máximo, llegando a alcanzar el océano Índico. Pero necesitaba un ejército cada vez más grande, para poder proteger sus fronteras de los numerosos ataques e intentos de invasión que se sucedían.
Se señala que un monarca en su lecho de muerte le dijo a su heredero: “Vivid en armonía, enriqueced al ejército, ignorad lo demás”. El nuevo Emperador subió 50% los gastos para el ejército y empezó un enorme dispendio. Para ello subió los impuestos a la herencia y devaluó la moneda. La moneda el denario, era 95% plata y el resto metales de menor valor. Eso fue reduciéndose hasta el 50%, promoviendo la suba de precios, los que entre el año 255 y el 294, los cereales se multiplicaron por 20. Se suceden 25 emperadores, casi todos alzados y depuestos por las armas.
Llega entonces al poder Diocleciano, quien en sus primeros 15 años aumenta el tamaño del ejército de 685.000 a 955.000 soldados. Y el número de funcionarios del Estado se duplica, pasando de 15.000 a 30.000 trabajadores. Por la inflación que sufren, se la enrostra a los comerciantes.
En el año 301 promulga el Edicto sobre Precios Máximos, una norma que los fijaba a 1.300 productos, además de establecer el coste de la mano de obra para producirlos. Y, fija una condena de muerte para los mercaderes que se salten esta medida. Y, además, les prohíbe llevar sus productos a otros mercados a los que pudieran venderlos a mayor precio. Aparecieron los mercados negros y el trueque.
Muchos de los ciudadanos decidieron abandonar las ciudades e irse a vivir al campo, creando economías locales autárquicas... La tormenta perfecta fue provocada por el excesivo coste del ejército, los ataques bárbaros y la crisis provocada por la inflación, que acabaron con el Imperio. Su grandeza se desvaneció para siempre en el año 476.
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