08/09/2019 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
Por Ántero Flores-Aráoz / expresidente del Congreso de la República.
Con el escándalo desatado por el fallecimiento de cientos de niños recién nacidos, por la falta de incubadoras o por el mal estado de ellas en centros de salud y hospitales del Sector Público, los responsables de dicho sector se han llenado la boca diciendo que la situación no es de ahora, sino que ella viene de muchos años atrás, lo que involucra a varios gobiernos que se han sucedido en el tiempo.
Cierto lo que dicen los voceros del Ministerio de Salud, pero ello no les resta responsabilidad, pues si conociendo las deficiencias del sector, no hicieron lo que debían, el culpar a los predecesores es un poco repetir el aforismo: mal de todos, consuelo de tontos.
El tema no solo es gravísimo por la pérdida de vidas que ahora sabemos, sino porque por lustros se ha señalado que los sectores salud, educación, sin olvidar los sectores para la infraestructura, sobre todo vial y de agua potable, eran y son los prioritarios. Incluso hasta en el Acuerdo Nacional se fijó meta porcentual cuantitativa del Presupuesto General de la República para la Educación.
Muy grave lo acontecido, pues no ha sido por falta de recursos, ya que hemos visto cómo se han tenido en el mismo centro hospitalario en que se inició el escándalo, fondos para cosas superfluas como adquirir canastas navideñas. Peor aún, los sectores a los que nos hemos referido tienen retraso en la ejecución del gasto presupuestal, por lo que no tiene perdón de Dios la irresponsabilidad de la cual son autores.
Somos conscientes que la normatividad de contratación de obras y adquisición de bienes desde el Estado es bastante complicada, pero también hay fórmulas de simplificación y acortamiento de términos con las declaraciones de emergencia por desabastecimiento y algunas otras modalidades de las que se dan maña para aplicar los funcionarios cuando tienen protervos intereses.
En la educación pública la cosa es de correr, pues en lugar de escalar posiciones en las evaluaciones comparativas internacionales, vamos como el cangrejo, simplemente para atrás, con una administración del sector sobredimensionada en personal y minimizada en eficacia y eficiencia, en que ni siquiera son capaces de descubrir las deficiencias y graves errores en textos escolares, los que quieren justificar con la necesidad de instruir también en educación sexual, que por supuesto compartimos más no en el embrollo del enfoque de género, el que se presta a diversidad de interpretaciones.
Hay escuelas públicas que adolecen de los más elementales servicios de agua y desagüe, en algunas sus techos son una coladera, carencias de vidrios en ventanas y sus campos deportivos, en caso de tenerlos, son campos que parecen de batalla por los huecos, sin que hubieren sido receptores de bombas y granadas.
Es vergonzosa la ineficiencia estatal y más cuando se nos quiere vender el cuento del ingreso del Perú a la OCDE, ignorando nuestra triste realidad y deficiencias.
Si los sectores aludidos son los prioritarios, Dios nos coja confesados respecto a los que no lo son.