30/12/2018 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
Por Ántero Flores-Aráoz / ex Presidente del Congreso de la República.
En muchísimas ocasiones, cuando la imaginación es fructífera y se hacen relatos principalmente literarios, se expresa la salvedad que cualquier parecido con la realidad es simple coincidencia, con el fin de impedir que se piense que lo creado se basa o sustenta en hechos verídicos.
La imaginación de los peruanos parecería no tener límites, pues en estos días de Navidad y festividades de fin de año, se ha hecho casi viral, el siguiente texto que hemos recibido repetidas veces desde distintas redes sociales y plataformas:
“Fiscal José D. Pérez pidió la prisión preventiva de Papá Noel, investigado por lavado de activos.
¿De dónde saca tantos juguetes?
No tiene domicilio conocido.
Dice vivir en el Polo Norte, pero no ha precisado la dirección.
No se le conoce un trabajo usual durante el año, con excepción del 24 de diciembre.
Conduce un trineo sin placa y sin SOAT.
Tiene la costumbre de meterse a la casa a media noche por la chimenea.
El pedido lo resolverá el juez Carhuancho”.
Al comentar este ficticio relato con un buen amigo, me dijo: “Han olvidado decir que la chimenea la construyó Odebrecht”.
Así es el peruano de imaginativo y perspicaz que nos hace recordar a literatos nacionales con humor como lo fueran don Ricardo Palma en sus “Tradiciones Peruanas”, así como en los libros y columnas del genial Luis Felipe Angell (Sofocleto) y Nicolás Yerovi, entre otros.
Sin duda alguna, el relato irónico de autoría desconocida al que nos referimos, es una sátira de los excesos fiscales y judiciales respecto a diversas personas que son investigadas mayormente por crimen organizado y lavado de activos, a las que se les da muchas veces hasta tres años de carcelería sin que siquiera medie acusación fiscal, haciendo seda y pabilo de la presunción de inocencia y de la regla general de que las investigaciones deben llevarse en libertad de los aún no inculpados, y que para ordenarse carcelería preventiva se requiere por lo menos que exista fundada sospecha de entorpecimiento procedimental o peligro de fuga.
Son francamente preocupantes las decisiones jurisdiccionales de incautación de bienes inmuebles; desalojo inmediato e inmisericorde de los ocupantes de casa habitación; allanamiento hasta de las oficinas de abogados defensores, haciendo añicos el secreto profesional al ingresar los fiscales a los archivos protegidos por las reglas de la confidencialidad, sean estos físicos o virtuales.
Y por si acaso, no estamos en la línea de quienes claman por la sustitución de los fiscales que tienen a su cargo la investigación de sobornos en el sonado caso escandaloso y penal internacional “Lava Jato”, pues aunque con excesos cumplen sus tareas, y en un sistema de doble instancia, lo que se resuelva en los estrados judiciales en primera instancia puede ser corregido en segunda instancia siempre que la revisión no se remita a las famosas “calendas griegas”.
Hay ficciones en que no cabe la expresión de que toda similitud es simple coincidencia.