23/12/2018 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
Por Ántero Flores-Aráoz / ex presidente del Congreso de la República
El prestigio del Centro Ann Sullivan del Perú es harto conocido en nuestra patria, y para los pocos que no saben de él, diremos que es un Centro de atención para personas con diagnóstico de autismo, síndrome de Down, deficiencias cognitivas, entre otros, a quienes antes se les consideraba discapacitados, aunque en diferentes niveles, y que en la actualidad se les llama “personas con habilidades diferentes”, pues en realidad las tienen y el Centro Ann Sullivan logra con eficiencia y paciencia, que se vayan mostrando y profundizando para ser útiles.
La mística del personal estable y del voluntariado del Centro en cuestión, es asombrosa, y ha generado que su modelo de atención sea replicado en varios departamentos, luego de apreciarse su éxito en su primer establecimiento que florece en la Urbanización Pando, del distrito capitalino de Pueblo Libre.
La experiencia aquilatada por el Centro Ann Sullivan en sus cercanos 40 años, es abrumadora y ahora se ha convertido también en “producto de exportación”. No se trata de exportar solamente para el crecimiento de la economía del país y para lograr una favorable balanza comercial con commodities, así como productos de la minería, de la pesca y de la agroindustria, sino también servicios, pero adicionalmente intangibles no comerciales que elevan la reputación del país y que siembra posibilidades para otros intercambios futuros.
En la ruta antes señalada de exportación de intangibles, evidentemente se encuentra el modelo del Centro Ann Sullivan y su excelente voluntariado, que ya ha sido copiado en Argentina, Brasil, Ecuador, España, India, Nigeria y Panamá, lo que evidentemente nos enorgullece como peruanos. Pero no solo hay copia del modelo, sino también hasta de su promotor pensamiento: ¡Juntos hacemos posible lo imposible!
Recientemente varios alumnos del Centro, que habían sido entrenados en simuladores de vuelos, hicieron realidad su sueño de viajar en ruta aérea al exterior y, acompañados por algunos profesores, viajaron a Atlanta, donde tuvieron una presentación en The Center for Disease Control and Prevention (CDC), importante agencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos de América.
No solamente lo señalado, sino para cerrar con broche de oro el año 2018, una delegación de la Fundación “Shuchona” de Bangladesh, presidida por Saima Hossain, hija del Primer Ministro de ese país y embajadora de la Organización Mundial para la Salud (OMS), visitó el Centro con el objeto de intercambiar experiencias así como para observar el modelo peruano en cuanto a su filosofía, metodología y voluntariado, para también reproducirlo en Bangladesh.
Esas son no solo buenas, sino excelentes noticias, pero lamentablemente la prensa no las toma en cuenta y menos difunde. Como se trata de noticias positivas, en la práctica no son noticia, se requiere de escándalos, confrontaciones, sangre a raudales para que haya difusión, por eso es que me atreví a redactar el presente artículo, por lo menos para que nuestros lectores conozcan la exportación peruana, no convencional ni económica, pero sí de voluntariado e intangible prestigio que también es un activo peruano.