22/08/2021 / Exitosa Noticias / Edic. impresa / Actualizado al 09/01/2023
Llevar a un niño sano al chequeo pediátrico periódico es clave durante sus primeros años de vida. Es una gran oportunidad para saber cómo va su crecimiento, prevenir enfermedades, detectar alteraciones y despejar cualquier duda e incertidumbre que podamos tener sobre su desarrollo.
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El pediatra Jorge Mucha, de la Clínica Ricardo Palma, explicó que esta cita médica sirve para controlar el peso, talla, hábitos alimenticios, esquema de vacunación, habilidades, correcto desarrollo psicomotriz y realizar un examen físico minucioso para descartar cualquier patología en el menor.
Consejos a los padres
Durante el control de rutina también se brinda consejería a los padres para el cuidado adecuado del bebé y la promoción de hábitos de vida saludable desde la infancia. De igual forma, dan indicaciones para prevenir la anemia y hacer un descarte de parasitosis.
Frecuencia de los controles
Desde el nacimiento hasta los 28 días, el niño debe acudir semanalmente a su chequeo. A partir del mes hasta los 11 meses de edad, en forma mensual; de los 12 a los 23 meses, bimensualmente; y de los 24 a 59 meses, las revisiones son trimestrales. “Los padres no deben esperar a que el pequeño se enferme para llevarlos al doctor. Los chequeos médicos periódicos permiten tener la certeza de que están creciendo en forma saludable”, subrayó el pediatra.
¿Qué previene?
Mucha explicó que en el examen físico en la cabeza se puede detectar microcefalia o macrocefalia;
en los ojos, estrabismo; en la boca, alteraciones del paladar; en la piel, dermatitis y otras afecciones dermatológicas. Mientras que en el corazón y pulmones se chequea el ritmo cardiaco y la capacidad respiratoria.
En tanto, en el abdomen se descarta masas inusuales; y en la cadera y piernas, dislocaciones u otros problemas articulares. El pediatra también debe revisar los genitales de los pequeños.
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