En Familia | Controle el hambre emocional
A todos nos ha pasado que comemos algunas veces de más. Es normal. Pero si la necesidad de hacerlo se repite con más frecuencia de la que nos gustaría, debemos tomar cartas en el asunto.
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El aburrimiento, estrés, ansiedad, ira, baja autoestima, etc., son algunas de las situaciones que llevan con más frecuencia a esta situación. Esa manera de comer desmedida, vinculada a las emociones negativas, y que genera un falso bienestar, se conoce como hambre emocional.
“Cuando la persona siente unas intensas ganas de comer a pesar de haber ingerido la cantidad adecuada de nutrientes y sus ganas de comer están dirigidas a la comida chatarra como helados, dulces y golosinas, estamos hablando de un hambre falso que tiene por finalidad llenar el vacío emocional que la persona siente”, explica la Dra. María Elena Escuza.
Consejos
Por ello, la especialista nos brinda estos consejos para controlar este tipo de hambre causada por la ansiedad:
Detectar qué es lo que desencadena el hambre falsa y qué sentimiento negativo trae consigo esa sensación, ayuda mucho a tener un mejor control sobre ella.
Leer o escuchar música relajante ayuda a distraer la mente de las sensaciones negativas, principalmente, de la sensación de hambre. Además, practicar deporte libera endorfinas, neurotransmisores que producen serenidad.
Muchas veces, la mente confunde tener hambre con sed. Tener a la mano y beber agua ayudará a aplacar esa sensación, además que el cuerpo estará más hidratado.
Una salud mental estable se asocia a una dieta equilibrada. Por ello, es importante consumir todos los nutrientes necesarios para que el cuerpo y la mente tengan un buen estado físico.
Ducharse con agua caliente o tibia relaja y calma las ansias de recurrir a la comida. La influencia de una ducha en el organismo genera equilibrio y bienestar.
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