CODA: El talento de personas con discapacidad se lleva Premio Oscar a la mejor película
Los Oscar han demostrado, su voluntad integradora otorgándole el premio Mejor Película a 'CODA: señales del corazón', de Sian Heder, un filme protagonizada por un reparto de actores sordos e interpretada en gran parte en lenguaje de signos, algo que reivindica a las personas con discapacidad y a los actores que en otros trabajos no tuvieron esa oportunidad.
Por momentos, el silencio en CODA es tan inmenso que se vuelve parte de la banda sonora. En algún sentido, ese vacío fonético encarna un personaje más del film.
El nombre de la historia tiene un evidente doble sentido: por un lado, la 'coda' es ese pasaje que cierra una composición musical -que en inglés también se conoce como outro-, pero además aquí alude directamente al corazón de la trama; 'CODA' son las siglas que -entre otras cosas- describen a Ruby, el rol principal: Children of Deaf Adults, hija de adultos sordos.
Cuando no hay silencios, en esa dinámica ficcional de padre, madre y hermano mayor no oyentes (interpretados por Troy Kotsur, Marlee Matlin y Daniel Durant) está la voz de esa chica, la menor del clan y única de los cuatro que puede comunicarse oralmente.
Ella habla con sus compañeros de escuela, con su mejor amiga, como interlocutora incansable de sus padres ante infinitos trámites y gestiones.
Pero incluso por encima de esa voz 'actuante', hay otra: la cantante. Ruby (Emilia Jones) tiene todas las cualidades -aunque veladas- de una gran vocalista, su maestro de música lo detecta y esa circunstancia del destino (el encuentro de una alumna temerosa con un docente provocador e incisivo -encarnado por el mexicano Eugenio Derbez- despliega el resto del argumento.