Amaia Montero: “Cada disco es una fotografía de mi momento emocional”

Entrevista: Jorge Luis Tineo

Amaia Montero (Guipúzcoa, País Vasco, España, 1976) es solista desde hace 11 años. Tras su salida del popular quinteto español La Oreja de Van Gogh, ha publicado cuatro álbumes, siempre en la onda pop que la convirtió en una de las voces más reconocibles de la música en español del siglo 21. En el último de ellos, Nacidos para creer (2018), muestra su lado más maduro y desenfadado, producto de la experiencia ganada en dos décadas de exitosa trayectoria. La intérprete de recordados hits como La playa, Cuéntame al oído y Rosas visitará Lima este 19 de junio, para hacer un concierto en el C. C. María Angola. Conversamos con ella vía WhatsApp.

¿Es tu primera visita al Perú como solista?

No lo recuerdo con claridad (risas), es que son tantas giras... Estuve dos veces con LODVG y una como solista, hace ya como diez años. Tengo muy bonitos recuerdos de Lima, me llevaron a pasear por el centro. Estoy muy contenta e ilusionada con regresar a tu país, es maravilloso.

¿Por qué crees que las canciones de LODVG le gustan tanto al público?

Bueno, las canciones te entran o no. Hay una conexión con el público, quizás por las letras que hacen que una persona se sienta identificada o por el ritmo, que te hace bailar. Yo escribo canciones para que la gente pueda pasarla bien.

¿Qué es lo que más recuerdas del periodo de tu carrera en LODVG?

Uy imagínate, éramos unos niños. Fue un boom, una explosión que me cambió la vida de una manera absolutamente radical. Y después de veinte años, aquí seguimos...

¿Cómo nació tu vocación musical? ¿A qué edad comenzaste a cantar y componer?

Pues de muy pequeñita, cantaba todo lo que mis padres ponían en la radio. De niña cantaba muchas rancheras. No he tenido una cantante favorita, escucho de todo. Me gusta mucho Whitney Houston, por ejemplo. Componer es algo que no se aprende, lo tienes o no. Yo comencé a escribir cuando conocí a los muchachos de LODVG.

Tu último disco, Nacidos para creer, salió en el 2018, 20 años después de Dile al sol, el exitoso debut de LODVG ¿Cuánto has cambiado en dos décadas?

Bueno, muchísimo, como todos ¿no? Comencé muy jovencita, a los 19, 20 años. Hoy tengo 42, tengo mucha más experiencia. He perdido la inocencia también, cómo no. Uno va cambiando y evolucionando, con las buenas y las malas.

Es un disco muy personal. Escuché varias entrevistas en que lo describes como un “desnudo emocional” ¿Qué significa exactamente eso?

¡Es que es un absoluto streap tease! Necesitaba tener una catarsis pues llegaba de la crisis de los 40. Como digo en una de las canciones: “hay quien encuentra raro que a los 40 no esté casada”. Lo del desnudo emocional tiene que ver con expresar aquello que uno sabe, lo que ha aprendido en la vida. Y al final fue como “uy, es que sé demasiado” (risas). Cada disco es una fotografía de mi momento emocional, las experiencias y sentimientos que he tenido.