09/02/2019 / Exitosa Noticias / Deportes / Actualizado al 09/01/2023
El Real Madrid golpeó con eficacia, apagó al Atlético de Madrid y conquistó el derbi del Wanda Metropolitano (1-3) para creer en la Liga, ahora en el segundo puesto como el principal perseguidor y alternativa al liderato del Barcelona, después de un duelo con más tensión, polémica y VAR que fútbol y oportunidades.
Dos de los cuatro goles exigieron la confirmación del vídeo, también un tanto anulado por fuera de juego a Álvaro Morata, pero en todos hubo una coincidencia: el error rival. En los del Real Madrid, la desatención en un balón parado, la imprudencia en un penalti y la pérdida de un balón, la misma causa que provocó el gol del Atlético, derrotado por primera en esta temporada en su casa.
El derbi rebosó tensión. Era definitivo para los dos. Ganar o ganar. No había otra vía para seguir vivo en el campeonato. Uno de esos encuentros en los que la intensidad, la fricción y la batalla impetuosa por cada pelota transforman cualquier combinación en una circunstancia más que en una fórmula para abordar la meta del gol.
Un duelo este sábado mucho más pasional que futbolístico, que penalizó cada error cometido en el primer tiempo. No hubo juego, hubo fallos... Y hubo goles. Casi siempre sin intuirlo. Nadie tenía el volumen de destreza ni de imaginación ni de ocasiones suficientes para presuponer que el gol estaba realmente el alcance de cada uno, acechados en los sectores claves del terreno de juego por su rival.
Sin continuidad ofensiva, más allá de las apariciones a toda velocidad y agilidad de Vinicius o entre líneas de Karim Benzema, en un lado, o Antoine Griezmann, en otro, nadie esperaba el 0-1 del Real Madrid. Era la primera ocasión, ya superado el cuarto de hora, más allá de algunos amagos y de la presión alta del bloque local. Casemiro puso de media chilena el 0-1 en el marcador a los 16'.
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Nueves minutos después, Griezmann sorteó con sutileza y definió por debajo de las piernas la salida de Courtois (1-1) a los 25'. El gol, invalidado al principio por fuera de juego, lo confirmó el VAR.
Ni nadie intuía, a la vez, el desenlace del primer tiempo, cerrado con 1-2 a favor del Real Madrid. El mérito fue de Vinicius; la imprudencia de Giménez. Inabordable entonces el brasileño para él, el uruguayo lo derribó cuando ya lo había desbordado, pero cuando estaba tan escorado que había perdido perspectiva del gol. ¿Al límite? ¿Dentro o fuera del área? El árbitro pitó penalti, el VAR lo ratificó y Sergio Ramos lo transformó en el 1-2 a los 42'.
, que confirmó una sensación recurrente: el mejor activo del Real Madrid en ataque era Vinicius, cuyo descaro y desborde por el extremo izquierdo mantenía en vilo a Arias, a Giménez y a Godín. Luego fue sustituido.
Luego, Morata anotó, pero otra vez al VAR. Otra vez al límite. El árbitro y el vídeo dictaron que era fuera de juego, de nuevo con un rato de espera. Gol anulado, frustración en el Atlético y alivio para el Real Madrid.
Ya los 74' del partido, el galés Gareth Bale puso el 3-1 final y la victoria para el Real Madrid, que aún sueña con La Liga.