Manuel Rosas: "Luego de 44 años, Perú está a un paso de la corona máxima de América"
Gracias Perú, gracias chicos, y gracias por el partido de ayer, no, no solo por este partido, gracias por el partido del domingo, gracias por la extraordinaria lección que ojalá el Perú entero aprenda. Cuando el Perú inspira se puede hacer lo que sea, cuando el Perú está primero se puede hacer lo que sea, cuando se piensa en la Patria y no en uno, cuando se piensa en la patria y no en las piernas, cuando se piensa en la Patria y no en cuanto me cuesta mi pase, cuando se piensa en la Patria y no en mi club, cuando se piensa en 32 o 33 millones de peruanos la hazaña es el resultado indiscutible de cada una de las acciones que marcan historia como ahora 44 años después y frente a frente con Brasil el Perú está a un paso de la corona máxima por tercera vez de América.
Y otra pregunta que me planteaba, ¿cómo le retribuyo a estos chicos? Con mis lagrimas de ayer, no creo, con mi emoción de ayer, hoy y toda esta semana que me acelera el corazón al borde del peligro de una crisis, no creo, porque además la reciprocidad no puede ser individual.
Por qué no somos recíprocos con estos chicos como Perú, por qué no somos mejores los peruanos, por qué la clase política no se olvida de su chacra, no se olvida de su pequeñez, no se olvida de su partido y piensa en el Perú. Por qué los fiscales como Rodríguez Monteza no se olvidan de sus miserables intereses particulares y piensa en la Patria, por qué el Gobierno no se olvida de que quiere subir dos o tres puntos en la encuesta y piensa en el Perú, por qué no hacemos que la camiseta no solo se luzca por fuera sino también por dentro, por qué no despertamos todos los día como despierta Gallese cuando va a jugar un partido.
Hoy no me llamo Gallese, hoy me llamo Perú. Por qué no dejo de llamarme Manuel Rosas y empiezo a llamarme Manuel Rosas Perú, quizá sea la mejor forma de retribución, no encuentro otra. Lo que está haciendo la selección no hay forma de darle un valor.
Nuestro compromiso con Perú es que sea grande no solo en el fútbol, sino que sea primero en matemáticas, en salud, en desarrollo y últimos en corrupción, donde hoy lamentablemente somos campeones mundiales.