OPINIÓN | Rubén Quiroz: Hospital Nacional

Esto no es literatura, es una cruda y violenta realidad. Los hospitales nacionales son espacios que van contra la vida. Todo está organizado para que los pobres suframos su infernal sistema.

El hospital Alcides Carrión del Callao, de mi sobreviviente barrio, está dirigido de manera tan ineficaz que en si misma son una metáfora de la decadencia del país. Una infraestructura misérrima, donde los que no tienen seguro de salud, vamos a agonizar. Mi hermano Rafael, cuyo nombre es angelical, fue atacado por este rincón olvidado por los gobernantes de turno. Todo es oscuro, deteriorado. No pudieron operar de emergencia a Rafael por que la sala de operaciones estaba sin limpiar por horas. Lo que era una apendicitis derivó en una Peritonitis ante la inoperancia de todo su sistema burocrático. Nadie hacia absolutamente nada.

Tuvimos que huir de allí. Buscando un lugar menos aterrador, menos cruel, menos inhumano. Una de las falacias del neoliberalismo es que todos pueden alcanzar la prosperidad. Esa es una total mentira. La salud pública en el país es un reflejo de la manera como considera a todo peruano. Por eso quienes la dirigen solo nos ofrecen ficciones, embustes, gigantescas mentiras. Ser pobre en el Perú es una condena. Por eso los corruptos no quieren irse.