Opinión I Borka Sattler: Ricardo Sumalavi por partida doble
Historia de un brazo (Planeta, 2019), un título muy especial que se mezcla con un surrealismo en una historia real. Había leído No somos nosotros (Planeta, 2017) del escritor peruano Ricardo Sumalavia (Lima, 1968) y quedé impresionada por un relato donde el autor se ficcionaliza como personaje central. Un escritor que busca la inspiración en su entorno, en sus recuerdos y en el espacio donde está.
La ciudad francesa de Burdeos, donde estudió el autor, es el inspirador espacio central en el cual ocurre No somos nosotros. Realmente en esa narración encontré realidad y fantasía, añoranzas y la vida cotidiana que, en la obra, trae a la imaginación del narrador maestros de la literatura como Borges, Chejov o Hölderlin. Paisajes y situaciones donde el autor se incluye para rasgarse la mente por la creación. Me he deleitado con este relato, me servirá de lección.
Sorprendida y sin ninguna aptitud de decepción, por el contrario, como lectora, uno quiere meterse en la mente del autor. He leído Historia de un brazo y Ricardo Sumalavia en esta su última novela me ha dejado sin respiración.
Cuando se concibe un ser, si tiene un mellizo adjunto que se quedó al desarrollo o se frustró, se pueden quedar apéndices de su constitución. Jamás con otro cerebro y menos deliberando por él.
En este relato el padre del personaje tiene un brazo más, un tercer brazo con una mano de niño que se hace presente cuando lo dejan salir de la camisa que lo tiene disimulado, abrochada con los botones que de vez en cuando salen de los ojales. Esa protuberancia del cuerpo del hombre es un personaje inédito que llama la atención, produciendo repugnancia o estupor. También en ocasiones de prácticas del sexo, el brazo se manifiesta como adición al placer.
Ricardo Sumalavia, doctor en letras por la Universidad de Burdeos (Francia), es ahora director adjunto de Estudios Orientales en la Pontificia Universidad Católica, en Lima, y estremece con su narrativa pues va desde lo idílico en la fantasía hasta la cruel realidad.
Historia de un brazo es una novela que perturba la mente, ficciones que se enredan en una oscura vida cotidiana que el autor narra sin piedad. Sin duda este autor escala pendientes muy altas en el cerebro del lector. Capaz de meterse en recónditos lugares de la mente con incógnitas que no se resuelven, crea un inmenso espacio donde se pierden conceptos y no hay capacidad de dirimir.