OPINIÓN | Borka Sattler: "Hauser: un chelista seductor"
Stjepan Hauser es un chelista croata, nacido en Pula hace treinta y tres años. En este momento es el músico más cotizado en Europa y ya se siente que lo captura la América del Norte y por supuesto la Argentina en la América del Sur. El personaje es un monstruo en la música y un actor en sus interpretaciones. Conciertos en todo el Viejo Continente y merecedor de importantes premios y medallas desde que era un adolescente. Lo han oído reyes y gobernantes y en sus presentaciones el público lo aplaude de pie. Este artista del violonchelo va más allá de las notas musicales, sublimando el sentimiento que transmite con su personalidad. Miradas, gestos y hasta el sudor de su frente y su cabello desordenado son parte de su ejecución.
Así como recomiendo libros para ampliar el conocimiento en la lectura, sugiero a los lectores de 'Viento de Palabras' que se introduzcan en el 'Concierto en la Arena de Pula', que es un escenario impresionante, las ruinas de un coliseo, donde conocerán y apreciarán a este músico ejecutar, acompañado por una estupenda orquesta sinfónica, desde la música clásica más pura hasta canciones tradicionales eslavas, rusas e italianas. En algunas piezas como solista y en otras al lado de otro afamado y genial ejecutante del violín, piano o guitarra.
El concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo es una de sus piezas principales, la que interpreta a manera de diálogo con otro distinguido ejecutante de la guitarra. Valses, romanzas y hasta tangos salen de su violonchelo y de su fuerza interpretativa pues sus gestos son también un espectáculo, dignos de un gran actor teatral. Las conversaciones musicales que presenta entre el chelo y los otros instrumentos musicales, crean fantasías y despiertan la imaginación que redunda en las cosas bellas que nos da la vida. Un músico de la seducción.
Stjepan Hauser y el violonchelo son como un solo ser. Ambos se unen para transmitir el deleite de la música, el sentimiento del artista compositor y el del intérprete. Ojalá podamos algún día ver en vivo a este artista genial en nuestro país.
Mi abuelo Fernando von Sattler tocaba el violonchelo y de niña me parecía la más deliciosa voz humana. Mi abuelo Hugo Saija tocaba el violín como un canto a su intimidad. Como pueden ver nací entre las cuerdas de esos instrumentos, como genes, la música y la expresión.