Cultural

'Estación Once', una novela apocalíptica con esperanza

El nuevo libro de la canadiense Emily St John Mandel nos presentará un escenario de conocimiento y entretenimiento.
once
12-04-2020

Para los que tienen el hábito de la lectura y por estos días de penuria andan buscando novelas que aborden situaciones límite, como pandemias y guerras que destruyen totalmente el planeta, encontrarán una sugerente lectura en la novela 'Estación once' de la canadiense Emily St John Mandel. En ella encontramos aspectos de una situación apocalíptica, que normalmente se omiten por darle protagonismo a la lucha violenta por la supervivencia.

“Una vez leas 'Estación Once' no podrás dejar de pensar en ella”, afirma Lois Beckett en el periódico británico “The Guardian”, refiriéndose a 'Estación once'. Esta novela salta de una época a otra, desde los primeros días de una pandemia que mata al 99% de la población y el año 20 después del colapso de la civilización. Es un libro sobre el fin del mundo que “ofrece algo con lo que la ficción apocalíptica no parece preocuparse: esperanza”, señala, en el mismo diario, David Barnett.

Eso, a pesar de incluir pasajes como la “lista incompleta” de cosas que el mundo posterior a la ruina perdió para siempre: “No más inmersiones en piscinas de agua clorada. No más luces de autos con polillas revoloteando en las noches de verano. No más trenes corriendo bajo la superficie de las ciudades. No más ciudades...”. “Estación Once” es una historia sobre el fin del mundo, solo que el mundo no se acaba, y entre los pequeños grupos de sobrevivientes que intentan reconstruirlo, Mandel nos cuenta sobre uno que forma una compañía de teatro y viaja alrededorde Canadá, escenificando obras de William Shakespeare a cambio de comida.

La “Sinfonía Itinerante” viaja en una caravana que tiene un letrero pintado en el costado en el que se lee: “La supervivencia es insuficiente”. Es una cita de Star Trek que, aunque la mayoría de los integrantes del grupo no reconocen pues eran demasiado jóvenes para recordar el mundo antes de la pandemia, resume su sentir: sobrevivir es, obviamente, vital, pero hay que poder vivir pues, si no, ¿de qué sirve?.