El sacrificio del patriota chorrillano José Olaya
Era 1823, dos años después que José de San Martín declarara la independencia. Pese a ello, los españoles aún dominaban parte del centro del país. Tras la partida del Protector, el Congreso asumió la tarea de derrotar a los españoles sin mucho éxito. Tropas realistas emprendieron la campaña a Lima, logrando que el gobierno libertario se atrincherada en los castillos del Real Felipe.
Aislados y sin contacto poco tiempo se presagiaba que duraría su resistencia. En medio de este caos, José Olaya colaboró como correo secreto, llevando correspondencia entre los patriotas limeños y los oficiales sitiados en el Real Felipe, mientras los españoles dominaban la capital.
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José Silverio Olaya Balandra nació hacia 1782 en San Pedro de Chorrillos, como uno de los doce hijos del matrimonio de José Apolinario Olaya y Melchora Balandra. Formó parte de una comunidad indígena, asentada en las orillas del mar de Chorrillos.
Olaya, en su quehacer de pescador, estableció su propio periplo de viaje en una débil balsa que era cruzar el golfo desde Chorrillos hasta San Lorenzo, y de aquí al Callao, donde vendía el producto de la pesca. Juana de Dios Manrique de Luna, sobrina de Andrés Riquero, quien se encontraba refugiado en la fortaleza del Real Felipe, le pidió a Olaya hacer ese contacto.
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De esta manera, Olaya participó en el bando patriota como mediador de los informes que los del ejército libertador transmitían en sus cartas clandestinas.
Al percibir los realistas esta “fuga” de información, José Olaya fue puesto en la mira por lo que en el segundo viaje que se prestó como intermediario del Ejército Libertador. Un espía realista le comunicó de esto al entonces gobernador de la capital, Ramón Rodil.
El humilde pescador fue detenido, y torturado, a lo que respondía “jamás revelaría cuál había sido esa persona aunque perdiera mil vidas”. Fue fusilado el 29 de junio a las 11 de la mañana en el callejón de Petateros (actual pasaje Olaya) situado a un costado de la Plaza de Armas.
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