27/08/2022 / Exitosa Noticias / Cultural / Actualizado al 09/01/2023
Por 1960, gobernaba el Perú Manuel Prado, quien, dos años antes, había nombrado canciller al abogado y periodista, Raúl Porras Barrenechea, fiel representante de la Generación del Centenario. El 23 de agosto, en una brillante intervención, y en armonía con nuestra tradición internacional, defendió el principio de no intervención en los asuntos de otro Estado.
Fue en la séptima reunión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la ciudad de San José de Costa Rica. Esta reunión había sido convocada por el Perú para ver el tema de Cuba y de Santo Domingo. Por aquellos años Estados Unidos buscaba sancionar a la emergente Cuba de Fidel Castro.
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En su célebre discurso, Porras Barrenechea dijo que los países americanos debíamos “vivir sin temor, en el alto plano de la amistad, haciendo prevalecer el espíritu de razón y de conciliación, contra toda forma de fanatismo, de miedo y de pasión”; y rechazó de plano “cualquier imposición dogmática del poder de la fuerza o del dinero”.
“Condenamos por esto toda intervención en los asuntos hemisféricos de potencias extrañas que traten de imponernos formas que no han surgido de nuestra
propia evolución política y social y que representarían pobreza de invención o dependencia intelectual”, expuso.
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Porras defendió que era importante respetar el derecho de revolución de Cuba, como lo había planteado el mismo secretario norteamericano Hudges.
“Confiamos en que la revolución cubana que ha proclamado principios que significan una honda transformación económica, la mejora de los niveles de vida y una más justa distribución de la riqueza, no se desvíe de su camino original y su destino americano”, sostuvo.
Al final de la cita, votó en contra de la exclusión de Cuba de la OEA, contraviniendo la orden de Prado de secundar la posición de Estados Unidos. Por esa decisión, renunció al cargo el 12 de setiembre, quince días antes de morir. Hombre de principios, ganó la admiración de los demócratas del continente y
del mundo entero.
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