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El poder español en Lima acabó con salida del virrey La Serna

El 7 de julio de 1821, por primera vez en 300 años, el dominio hispano acabó en la capital.
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08-07-2021

Un día como ayer, hace 200 años, la capital del Perú por primera vez, en 300 años, dejó de estar bajo el mando político y militar de España, al registrarse el abandono de Lima por parte del virrey José de La Serna, que se retiró con el ejército virreinal rumbo a la sierra.

Desde que Francisco Pizarro fundó Lima el 18 de enero de 1535, la Ciudad de los Reyes fue el centro de la dominación hispana del Perú y de gran parte de América del Sur y, por esos años, sufrió la única amenaza real a su existencia cuando fue cercada por las tropas de Manco Inca.

Manco Inca no pudo conquistar Lima y arrojar a los españoles al mar. Fue derrotado por la alianza de los hispanos con los huancas, quienes masacraron a las fuerzas de Manco Inca, primero bajo el cerro San Cristóbal y luego cuando huían, por los arenales de Lurín.

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Desde entonces, los únicos sobresaltos que tuvo el poder español en Lima fueron los piratas y los temblores. Los primeros nunca llegaron a desembarcar en el Callao y los sismos, fatalmente, si golpearon Lima con furia, varias veces, y la redujeron a escombros en octubre de 1746.

Las rebeliones indígenas de Túpac Amaru, en 1780 y de Pumacahua, en 1814, si estremecieron el dominio de los virreyes, pero Lima nunca fue amenazada directamente por las fuerzas de ninguno de esos caudillos, cuyas operaciones se concentraron en el Cusco, Arequipa y el Alto Perú.

Durante la guerra de la independencia, iniciada en 1810, desde Lima salieron órdenes y tropas para combatir contra los patriotas en el Alto Perú, Chile y Quito. Los triunfos militares le garantizaron tranquilidad, pero el triunfo de San Martín en Chacabuco y Maipú confirmaron la independencia de Chile.

Era 1818, y el balance del poder militar se había inclinado a favor de la alianza argentino-chilena porque el virrey Pezuela no recibía los refuerzos en buques y tropas que solicitaba a Madrid y, desde Chile, se organiza la Expedición Libertadora para poner fin a la dominación española en el Perú.

Ejército realista se fue a la sierra

Tras el desembarco de la Expedición Libertadora, el 8 de setiembre de 1820, San Martín inició una guerra de posiciones que desgastó la moral de Pezuela y el alto mando militar español, golpeado por la captura de la fragata Esmeralda en el Callao; la deserción del batallón Numancia y la derrota de una división realista en Pasco.

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Esta sucesión de derrotas derivó un golpe de estado contra Pezuela, que fue reemplazado por La Serna como virrey, en enero de 1821. Los meses que siguieron, las defensas realistas se debilitaron por el bloqueo a Lima y la amenaza de un alzamiento generalizado en Lima por parte de criollos con apoyo de mestizos, indígenas y esclavos.

Ante el temor de perder a sus tropas, que eran mayoritariamente de mestizos e indígenas, el virrey La Serna optó por abandonar Lima el 7 de julio rumbo a la sierra central, dejando la capital abierta para el ingreso de las tropas de San Martín. La independencia sería declarada el 28 de Julio siguiente.