04/11/2022 / Exitosa Noticias / Cultural / Actualizado al 09/01/2023
“Yo represento ma?s que una persona y un hombre, un ideal de toda una generacio?n y el ansia infinita de toda una raza. No soy una persona sino una idea, ni un ciudadano sino una tendencia. No soy un cuerpo sino un ideal”. Estas palabras Abraham Valdelomar las pronuncio? en una actividad literaria en el Teatro Colo?n meses antes de su tra?gica muerte.
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Valdelomar era un hombre que marco? la tendencia modernista en la literatura en nuestro pai?s; como lo hizo Jose? Marti? (Cuba) y Rube?n Dari?o (Nicaragua). Muy a su estilo, logro? gran presencia en la escena cultural tan ninguneada a personas ajenas a la aristocracia.
Esa vena arti?stica hizo que de sus primeros escritos en secundaria los llevara a la universidad. Y de ahi? al diario La Prensa, donde conoceri?a a otros grandes como Ce?sar Vallejo, Jose? Carlos Maria?tegui, Jose? Santos Chocano y Leonidas Yerovi.
Tal era su singular personalidad que escribi?a sus arti?culos como el “Conde Lemos”. Esto para mofarse de los intelectuales alrededor de sus apellidos “de alcurnia”. Escribio? cuentos inolvidables como “El caballero Carmelo”, “Los ojos de Judas”, “El vuelo de los co?ndores”, “El buque negro”, entre otros.
Para impulsar la produccio?n literaria forjo? el Movimiento Colo?nida, del cual nacio? la revista del mismo nombre. Con esa publicación apoyaba al talento regional. Impulsaba a escritores nacionales como lo hizo con Vallejo ni bien llego? a Lima.
Un buen di?a se decidio? a dictar charlas a escolares, sus padres, obreros, y haci?a disertaciones en el interior del pai?s para despertar al artista que vei?a en cada muchacho. Recorrio? pueblos y por ello era muy reconocido.
Fallecimiento
En uno de estos viajes que Valdelomar fue a Ayacucho. Fue en el hotel Bolognesi cuando desde la escalera de un segundo piso cae sobre un monti?culo de piedra que le destroza la columna. Dos di?as despue?s de una lenta agoni?a muere.
Tal era el carin?o que despertaba Valdelomar que fue llevado de Ayacucho a Huancayo en los hombros de 16 cargadores indi?genas ayacuchanos. En el camino debi?a ser detenido el cortejo para darle el u?ltimo adio?s. Fallecio? a los 31 an?os.
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