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Roberto Rodríguez Rabanal: Reformar para institucionalizar, democratizar, renovar y transparentar

Transformar la situación de eternización dirigencial y de representación pública de los partidos, jubilando políticamente a los dinosaurios.
REFORMA-GRUPO
25-06-2019

Las propuestas de reforma política presentadas por el Gobierno obtienen el respaldo del 76% en el país según la reciente encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP). El proyecto que recibe el mayor apoyo (82%) se refiere a la inmunidad parlamentaria, a fin de que no sea el Congreso sino otra institución la que decida sobre la misma, ratificando la desconfianza existente en el denominado primer poder del Estado.

Le siguen las iniciativas para penalizar el financiamiento indebido de partidos (81%); elecciones partidarias abiertas (80%); impedimento de sentenciados para postular al Congreso (75%); reemplazo del voto preferencial por listas con paridad de género (73%); e inscripción de organizaciones políticas en base a afiliados (64%). Ello representa un aval ciudadano.

La debacle de los partidos políticos es imposible de ocultar, por más que la relativicen algunos encallecidos que buscan eternizarse en cargos de dirección y en el Congreso. La crisis de aquéllos no es efímera sino que equivale a un cáncer terminal. Ergo, hay que volver a empezar, sobre nuevas bases, considerando que estas organizaciones han abandonado sus fines, y son percibidas por la población como fuentes de corrupción. En ese sentido la reforma debe procesar cambios de fondo y no solo de forma; orientándose a lo siguiente:

Institucionalizar. Contribuir a la superación de uno de los grandes dramas de nuestro país: la carencia de verdaderas instituciones políticas que representen los intereses ciudadanos. Lo que tenemos son remedos de partidos, penetrados por el narcotráfico o por los grupos de poder legales que imponen las reglas internas a su antojo; frente a lo cual se necesita crear organizaciones que hagan honor a su nombre y donde prime la decencia.

Democratizar. Construir colectividades cuyos afiliados se unan en torno a un ideario y a un programa, que elijan a sus equipos dirigentes y tomen sus propias decisiones, facilitando la más amplia participación; y no alrededor de cuestiones gaseosas que dan para todo, transitando según lo que convenga al poder del dinero, con caudillos que concentran tercamente todo el poder, e imponen su punto de vista despreciando a los demás.

Renovar. Transformar la situación de eternización dirigencial y de representación pública de los partidos, jubilando políticamente a los dinosaurios que usan inclusive métodos vedados para mantenerse en el poder. Forjar organizaciones innovadoras en las que se garantice el recambio permanente, abriendo espacios institucionales para afirmar el protagonismo de las nuevas generaciones, las mujeres y la diversidad cultural y étnica.

Transparentar. Cambiar radicalmente la cultura del secreto que caracteriza a los cenáculos autoritarios y corruptos que apelan a ella para encubrir sus fechorías, usando códigos de una supuesta lealtad que se asemejan a las de las mafias y organizaciones criminales. La rendición de cuentas periódicamente y especialmente el cultivo de los valores como sustento de la ética humana son esenciales para variar la lógica predominante.

En la Comisión de Constitución del Congreso se están dando avances iniciales en la aprobación de las iniciativas legislativas, caso de la sustitución de las firmas para la inscripción de un nuevo partido por el 0.1% de afiliados: unas 24 mil personas tomando como base el padrón electoral, organizadas en comités y que sean evaluados constantemente. También lo que respecta a la cancelación de los partidos, empezando por los que no postulan o se retiran durante la contienda; y los que no alcancen ni el 5% de los votos ni 5 congresistas.

Están pendientes de aprobación otros proyectos de ley; el de mayor trascendencia para institucionalizar-democratizar-renovar-transparentar a los partidos es el de las elecciones primarias abiertas, que puede ser el punto de quiebre para que la participación de la gente sea la expresión del poder ciudadano. Claro está, falta el Pleno y no podemos bajar la guardia. Desde el naciente Comité Ciudadano por el Perú estaremos vigilantes.