OPINIÓN|Nicolás Lúcar: En la repetición está el disgusto
Todos los años ocurre lo mismo. Casi se repite matemáticamente en los mismos lugares y en las mismas fechas.Huaicos, deslizamientos, desbordes de ríos, inundaciones.Todos los años es la misma tragedia y la misma destrucción.El mismo sufrimiento, los mismos reporteros de televisión mostrando las mismas desgracias.Ministros hablando de emergencia, alcaldes -a veces- ensuciándose los pies.Todos los años el mismo cálculo de daños.Los noticieros de televisión compitiendo por quién consigue la peor tragedia, el caso emblemático del mismo drama anual.Y no es que digamos, ¡caramba! ¡Qué sorpresa! ¡llovió! Todos los veranos llueve en estas tierras desde antes de que el Perú se llamara como se llama.Son siglos en que ocurre lo mismo y no aprendemos.Es cierto que hay lluvias y lluvias. Cuando viene el Fenómeno de El Niño es simplemente catastrófico.
Ocurre que no terminamos de entender que esto es parte de nuestras vidas y que tenemos que vivir con esto, preparados para esto.No asumimos que nadie debería vivir al lado de un río que cada año se desborda, o en las quebradas por donde cada año bajan los huaicos.El problema es que no hay quién se atreva a ponerle el cascabel al gato y se compre el pleito de mudar a la gente de donde sus vidas y sus bienes están en riesgo.Es como que nadie pensara en eso y así saltamos de emergencia en emergencia, sin resolver los problemas de fondo.Todos los años se cierran las carreteras bloqueadas por huaicos y deslizamientos. Carreteras que no deberían estar ahí o que debieron construirse pensando en que vendrán las lluvias, los huaicos, los deslizamientos, los fenómenos de El Niño. Carreteras para el Perú en el que vivimos, preparadas para lo que sabemos se repetirá cada año.
Pero, además, carreteras con seguros, porque ahora venimos a descubrir que las concesionarias han construido sin asegurar nuestros caminos contra las únicas dos desgracias que nos pueden ocurrir: terremotos e inundaciones. Resulta que en la obra pública no solo ha sobrado corrupción y comisiones ilegales y sobrecostos, sino que los daños previsibles los tenemos que pagar también nosotros.Un ingeniero chino que participó en la construcción de la represa de las Tres Gargantas, la mayor obra de ingeniería hidráulica del mundo, y que construyó las obras de prevención contra el Fenómeno de El Niño en Ecuador, me dijo -en una entrevista- que los peruanos lloramos cuando viene el agua, y lo que deberíamos hacer es celebrar.
Para ello, me decía, hay que prepararse para cuando venga la lluvia y represar el agua en las alturas y usarla para tener agua todo el año para la agricultura, el consumo humano y la producción de energía. Y prepararse también para cuando venga en exceso canalizando para que no destruya. Y no permitir que nadie viva allí donde el agua en exceso amenace y hacer carreteras y caminos preparados para las lluvias pequeñas y para las enormes.Y yo me pregunto ¿por qué no podemos hacer lo que este ingeniero chino dice?Porque los que nos han gobernado no solo han sido corruptos sino ineficientes, me contestó.
Porque nuestros políticos solo buscan cómo sacar su tajada y los empresarios cómo ganar lo más que puedan sin importar la calidad de la obra, ni la vida de la gente.Sí, pues, todos los problemas del Perú conducen a lo mismo. Necesitamos nuevos dirigentes en la política y en el mundo empresarial.A menos que nos resignemos a seguir llorando cada año por las mismas desgracias repetidas.