OPINIÓN|Edwin Sarmiento: Cosas de la vida
Quién lo creyera. ¡Mate peruano en cancha de los académicos! La congresista Chihuán alcanzará la gloria. Será inmortalizada frente a 559 millones de personas en el mundo que hablan español por su aporte con un enjundioso peruanismo. Es para morirse de envidia. El presidente de la Academia Peruana de la Lengua (APL), mi amigo el poeta, doctor, escritor y periodista Marco Martos ha dicho que en el vocabulario de palabras recientes que la Academia preparará a futuro aparecerá, sin duda, “chihuán”, como sinónimo de pobre en el Perú. Sin imaginar lo que habría de ocurrir, la congresista se quejó de ganar tan poquito que no le alcanza para llevar el ritmo de vida que ella acostumbra. El resto del trabajo, ya fue cosa del vulgo: viralizó su desdicha en las redes y la mayoría de peruanos se vieron representados en “chihuán”, por ser pobres. Ahora es un peruanismo: “Toy chihuán”. Tremendo aporte para el Diccionario de Lengua Española, cuando ello ocurra. El académico ha dicho que solo los peruanismos que se masifican en varios países son incorporados a dicho diccionario sagrado. Y “chihuán” ya traspasó nuestras fronteras. ¿No parece una buena noticia en medio de tantas calamidades? “Chihuán” llamando la atención de la Academia Peruana de la Lengua que fue fundada nada menos que por don Ricardo Palma el 5 de mayo de 1887, qué se han creído.
El académico, Dr. Martos, quien en sus buenos tiempos fue Premio Nacional de Poesía y Jurado del Premio Casa de las Américas de Cuba, nada menos, con más de 20 libros de poesía publicados, ha explicado que “por convención las academias suelen esperar seis años para incorporar a una palabra. Que "chihuán" es peruanismo reciente está claro, que quedará no lo sabemos”. Nosotros, sin embargo, somos optimistas. El presidente de la APL nos ha dicho: “recientemente el lingüista peruano Luis Andrade ha propuesto que en el futuro posible la palabra chihuán (del apellido Chihúan) tenga esta definición: Adj. Perú.Colq. Pobre. U.t.c.s. ('usado también como sustantivo') Esto es lo que está ocurriendo, con los matices respectivos del habla diaria”. El lenguaje es así. Surge en algún lugar del pueblo, éste lo hace suyo, porque le gusta. Así pasan los días y pasan los años y el pueblo lo sigue usando y se masifica. Digamos que le agarra cariño. Entonces, los académicos que son señores muy serios y usan lentes para leer, paran las antenas. Estudian el vocablo y terminan por aceptarlo en el parnaso donde moran las palabras cultas y también las populares. Y listo. “Chihuán” ya llamó la atención de ellos. El pueblo lo empezó a utilizar con la fuerza de un huaico que desborda la Carretera Central. No hay quien lo pare. Martos lo explica, académicamente, en la revista del Colegio de Periodistas de Lima de pronta aparición.