OPINIÓN| Víctor López García: De ciudades emancipadoras a ciudades emancipadas
Desde hace algún tiempo las ciudades han vuelto a ser las protagonistas espaciales más importantes de los países en el mundo desarrollado; al punto que compiten entre ellas para ser eficientes en todo orden de cosas; desde generadoras de desarrollo económico hasta hacedoras de progreso social. Pero, sobre todo, ser más modernas incorporando los avances de la ciencia y la tecnología a la satisfacción de las necesidades básicas de la población y al mejoramiento de la calidad de vida de la gente.
Se trata de hacer ciudades más amables con la integralidad de sus componentes; desde la infraestructura material hasta la superestructura inmaterial; ambos factores convergentes que hagan posible espacios de confort para la realización y satisfacción plena de sus integrantes y visitantes.
La experiencia histórica antigua y reciente demuestra que algunas ciudades lograron altos niveles de realización por factores endógenos que lograron desarrollar en algunos ámbitos especializados en los cuales se fortalecieron; pero también alcanzaron crecimiento en otros espacios en los cuales se hicieron muy fuertes.
Una de las formas más viables para integrar ciudades que necesitan establecer mecanismos de asociación para ser más eficientes y competitivas, es la de establecer mecanismos de cooperación entre las partes que tienen que ver con el proceso de dinamización de la economía y la sociedad.
Precisamente, a propósito del reciente ENCUENTRO EN PIURA DE CIUDADES EMANCIPADORAS se ha iniciado una creciente corriente de opinión en el mundo intelectual y académico, pero también entre las tecnocracias públicas y privadas de poner el acento en el mejoramiento creciente de estas ciudades que jugaron un papel fundamental en la independencia de nuestros países del yugo español.
Por razones históricas de haber sido las principales ciudades emancipadoras, que declararon la independencia antes que Lima por San Martín; la historia real demuestra que sin la decisión y posición asumida en forma militante y firme por Trujillo, Chiclayo y Piura, NO HABRÍA SIDO POSIBLE la libertad del yugo español.
Solo este antecedente histórico fundamental y fundacional da cuenta de los lazos de identidad absoluta y compromiso pleno que tuvieron estas ciudades en el pasado, que la deben tener más aún en el presente y en el futuro para lograr el gran objetivo actual, de convertirse en ciudades emancipadas.
Como dijo el viernes por la noche el alcalde provincial de Piura, Juan Jesús Díaz Dios, si antes, hace casi 200 años, los peruanos de nuestros pueblos se unieron para declarar y defender la independencia; ahora mucho más tenemos que unirnos para obtener la emancipación del atraso y el subdesarrollo, de la informalidad y la ilegalidad, de la pobreza y la desigualdad.
Se trata entonces de aprovechar los fundamentos históricos compartidos, además de las cercanías geográficas y las complementariedades productivas, para hacer una sinergia que consolide un proceso integrado de desarrollo económico y progreso social; que haga posible alcanzar una macrorregión mucho más eficiente y competitiva.
El desafío está presente. Y lo hace la historia desde hace 200 años, que generó un norte firme y fuerte que solventó la independencia real y efectiva que se expresó en el ejército libertador. Y lo hace el presente y el futuro de las poblaciones que exigen desarrollo, progreso y modernidad.