16/09/2019 / Exitosa Noticias / Columnistas / Actualizado al 09/01/2023
Las experiencias concretas del "socialismo realmente existente" en Europa Oriental, fueron un fracaso, luego de 70 años de dictaduras criminales y corruptas (con millones de perseguidos, exiliados, refugiados, presos, torturados y asesinados), con modelos económicos centralistas, estatistas y socialistas (con bajísimos niveles de productividad y producción) y con estándares de vida atrasados y no competitivos con el capitalismo. Como ocurrió en algunos países de África y Asia donde también se aplicaron dichos modelos, con el costo de millones de muertos como en Camboya. Igual que en Cuba donde luego de 60 años sigue el país detenido en el tiempo; con algunos escasos logros en educación, salud y deportes. Peor en Venezuela en 20 años de totalitarismo genocida, inmoral e inepto, que ha quebrado la economía, la sociedad y la política, como nunca antes en su historia. Al punto que la gente tiene que migrar para no morirse o que la maten.
Los comunistas del mundo apoyaron y aplaudieron estos regímenes que coactaron las libertades y la democracia, sin justicia social. Nunca criticaron, menos denunciaron nada de lo que allí ocurría. Antes como hoy en la Patria de Bolívar, estos rojos de toda laya defendieron los modelos dictatoriales, totalitarios y genocidas. Porque, además, vivieron de estos regímenes que les financiaba sus actividades políticas, intelectuales, educativas y culturales. Vivieron haciendo turismo partidario. O ganando premios de los festivales literarios y de ensayo. Algunos fueron preparados para la lucha armada. Sin embargo, sí criticaban al capitalismo como el "peor sistema de opresión y dominación". Fueron asalariados, becados y premiados por los imperialismos soviético y chino. Y, sin embargo, hasta ahora no han sido capaces de hacer una autocrítica por haberse "equivocado" en sus ideas y prácticas. Como tampoco lo hicieron (hasta ahora) con el terrorismo bárbaro de Sendero Luminoso, sus hermanos marxistas, leninistas, maoístas.
Sin embargo, todos ellos, a escala global, se han reciclado en el marco de las nuevas realidades, para seguir teniendo poder y gobernando parte importante del mundo. Para muchos especialistas, en estos tiempos es más importante que tener partidos políticos, es ser propietario, poseer o manejar medios de comunicación y organismos no gubernamentales. De tal modo que los rojos y caviares, además de seguir militando o simpatizando por las organizaciones y movimientos de izquierda marxista, se han infiltrado en estas entidades y desde allí hacen política en el sentido de sus posiciones ideológicas, políticas y programáticas; y también de sus intereses personales, familiares y grupales. Desde estos espacios públicos cumplen un papel efectivo de demolición de todo aquello que se oponga a sus postulados, a las entidades que simpatizan o a sus camaradas. Y un rol de apoyo constante a sus amigos y socios en el poder.
Pero también los rojos y caviares han penetrado los organismos internacionales de todo tipo. En particular los ámbitos jurídicos y judiciales internacionales desde donde penalizan y sancionan a sus contrincantes y enemigos políticos. Son los padres de la judicialización de la política y de la politización de la jurisprudencia. Importantes decisiones y acciones de gobiernos, instituciones, organizaciones y personas terminan en sus manos. Estos comunistas reciclados son los reyes del entrismo, la adopción y la adaptación. Manejan parte importante o a veces todo el poder. Como decían sus hermanos ideológicos y criminales Abimael Guzmán y Nicolás Maduro. Y, sin embargo, quieren seguir gobernando.